Para los defensores, eliminar esta posibilidad resta volumen a la bolsa y por, tanto, quita liquidez y profundidad a los mercados. Sus detractores defienden que estas apuestas contribuyen a castigar valores por acumulación de apuestas negativas y no por los fundamentales de las empresas.
Ambas partes parecen tener razón a juzgar por los datos y los hechos. Lo del volumen está más que demostrado. La jornada del viernes 17, la segunda después del levantamiento de la prohibición, cuando los inversores podían haber evaluado ya el mercado, se formalizaron en la Bolsa española contratos de préstamos de acciones para posiciones cortas por 81,4 millones de acciones, es decir, el 31,6% del movimiento de títulos registrado en total a lo largo de la sesión. Y de todas estas tomas de posición, el 45,4% correspondieron a préstamos de acciones de bancos. No puede extrañar entonces que haya quienes defiendan que su prohibición resta movimiento a las bolsas.
La decisión de prohibir las posiciones cortas sobre determinados valores fue tomada por la CNMV el 12 de agosto del pasado año y tras una prórroga en septiembre, fue levantada el pasado jueves. La medida afectaba a las acciones y cuotas participativas cotizadas de Banca Cívica, BBVA, Banco de Sabadell, Banco de Valencia, Banesto, Banco Pastor, Banco Popular, Banco Santander, Bankia, Bankinter, Caixabank, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Grupo Catalana de Occidente, Mapfre, Bolsas y Mercados Españoles (BME) y Renta 4 Servicios de Inversión. Todas ellas entidades financieras, compañías de seguros y el propio gestor de las bolsas.
Los defensores de la prohibición ponen el acento en que durante los meses en los que ha estado vigente, los bancos y aseguradoras afectados por ella han logrado, en general, subir sus cotizaciones por encima de la media del Ibex 35. Añaden estos analistas que mantener a los bancos fuera de las apuestas bajistas ha ayudado a que los cambios en sus cotizaciones se acercasen más a la evolución real de sus cuentas y no a la acumulación de posiciones cortas a la baja ante expectativas negativas para alguno de ellos o para el conjunto del sector.
Así, por ejemplo, en estos meses (del 12 de agosto de 2011 al 15 de febrero de 2012), Sabadell y Bankinter, dos de los bancos medianos preferidos por los apostadores a la baja, lograron subir sus cotizaciones en un 9,2% y un 22,7%, respectivamente. En las dos sesiones siguientes al levantamiento de la prohibición ambos perdieron parte de lo ganado. Sabadell cayó entre jueves y viernes un 6,79% y Bankinter se dejó un 3,31%. Todos los bancos bajaron estos dos días. Popular (-7,78%), Bankia (-7,85%), BBVA (-2,68%), Caixabank (-5,64%) y Santander (-0,57%), completan la lista de las principales entidades financieras.
La Bolsa vuelve a ser, pues, como antes del 12 de agosto del pasado año. Las cotizaciones de los bancos se mueven no solo por lo que ocurra con sus cuentas individuales, sino que hay que tener en cuenta también la evolución del sector en su conjunto y las operaciones de saneamiento y fusión que se avecinan, sobre las que los tomadores de posiciones cortas ya cruzan apuestas y muchos se frotan las manos, porque en estas uniones habrá ganadores y perdedores dentro de la banca. Los ganadores, que no siempre coincidirán con los bancos que compren, verán subir sus cotizaciones y los perdedores, que en algunos casos sí coincidirán con quienes tengan que hacer frente a digestiones pesadas, sufrirán caídas en su valor bursátil, potenciadas seguro por las apuestas a la baja.
Daños colaterales
Quienes sí tienen motivos para estar alegres por el levantamiento de la prohibición son los inversores tradicionales de otros valores no financieros con cierto riesgo, pero que últimamente se han visto movidos en exceso precisamente por las tomas de posiciones cortas. Desde el mes de agosto del pasado año es verdad que el volumen total de la Bolsa ha caído a mínimos de hace años, pero los jugadores a la baja no se han quedado quietos y han buscado nuevas apuestas. A juzgar por los datos que maneja la CNMV, los elegidos en mayor proporción han sido Gamesa, Mediaset, OHL, Red Eléctrica, Enagás, Acciona, Grifols, Antena 3, Telefónica, Inditex, FCC, ACS, Sacyr, Meliá, NH, e Indra.
De algunos de ellos, como las cadenas hoteleras, FCC, ACS, Sacyr o Indra, los jugadores fueron retirándose hace ya semanas. En el resto han permanecido, con mayor o menor intensidad, hasta estos últimos días. En la sesión del viernes 17, por ejemplo, las retiradas en Telefónica, Enagás, Red Eléctrica, Inditex, NH, y hasta en Repsol, han superado a las nuevas tomas de posición. Ahora estos apostadores tienen ya en el tablero de juego a los bancos. El 31 de marzo vence el plazo dado por el Gobierno para que las entidades financieras presenten sus planes para cumplir con los nuevos requisitos de saneamiento y capital. Estas semanas de quinielas y movimientos en la sombra son el caldo de cultivo ideal para las posiciones cortas.