Montoro marca distancias con Botín

El res­pon­sable de Hacienda señala en cambio a Elena Salgado como res­pon­sable de parte de la crisis que sufre España

Cristóbal Montoro, el mi­nistro de Hacienda y Administraciones Públicas, no se siente có­modo cuando le plan­tean cues­tiones re­la­cio­nadas con el grupo Santander. Durante las dos le­gis­la­turas pre­ce­dentes se han sen­tido des­asis­tidos del apoyo del primer grupo fi­nan­ciero. Hubieran que­rido algo más de ca­lor. En algún caso pa­re­cían mos­trarse ce­losos de las buenas re­la­ciones que Emilio Botín man­tenía con el an­te­rior pre­si­dente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Por eso las de­cla­ra­ciones ahora de Botín de que hay que echarles una culpa muy grande a los po­lí­ticos de la crisis eco­nó­mica frente a su en­tidad que tiene muy poca de la di­fícil si­tua­ción que atra­viesa España, les han de­jado des­co­lo­ca­dos. Ya lo po­dría haber hecho an­tes.

A la secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, le ha faltado tiempo para comentar las declaraciones de Botín y hurgar en la herida socialista. La explicación de Cospedal es de manual. La inmensa mayoría de los españoles culparon al Gobierno socialista de Zapatero de la situación de crisis que atraviesa en estos momentos España. Negó la evidencia, mintió a los españoles, se negó a tomar medidas y hasta última hora estuvo negando la realidad estableciendo previsiones falsas e intentando tapar la verdad e impidiendo la recuperación económica.

Pero no es la única. A destacados miembros del Gobierno tampoco les ha gustado la que consideran afirmación imprecisa del presidente de la entidad cántabra de que "quien lo ha hecho mal aquí son los políticos". Por eso el responsable de Hacienda inmediatamente ha querido matizar. Montoro está de acuerdo en los principios. Sabe que en Europa no se ha actuado con diligencia. Su colega el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, ha llegado a decir que Angela Merkel, canciller alemana que impone el ritmo a la toma de decisiones en Europa, siempre llega un cuarto de ahora tarde.

Pero Montoro se ha visto en la obligación de matizar. Hay unos políticos mucho más responsables que otros de la situación, y sobre todo de la situación que atraviesa España.

Montoro, que siempre se ha sentido intelectualmente unos cuantos escalones por encima de la exvicepresidenta económica del Gobierno, la consideraba intelectualmente incapaz de enderezar la situación. Se ha referido indirectamente a Elena Salgado al hablar de que algunos de los que habitaban esta casa antes del cambio de Gobierno tenían alguna responsabilidad al respecto. Ha preferido no ser más explícito de sus discrepancias respecto del Grupo Santander, que en los últimos meses de mandato socialista fueron muchas.

En estos meses, los miembros del equipo económico del Partido Popular en el Congreso hicieron todo lo posible para que el indulto al consejero delegado de la entidad no saliera adelante. Comentaban muy irritados los términos de la carta enviada por el secretario del Consejo del Santander al director de los servicios jurídicos del Banco de España para que no tomara ninguna decisión que pudiera tener como consecuencia la inhabilitación de Alfredo Sáenz. Al PP le parecía una insolencia los términos conminatorios en los que se dirigía al supervisor.

Los populares alertan de que no será la última diferencia que mantengan con el primer grupo financiero del país, aunque desde otros flancos de los medios y del propio mundo de las entidades españolas justamente se les acuse de que actúen al dictado de los grandes, incluido el Santander.  

 

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