La acusación contra Rajoy de amplificar el déficit exige una respuesta clara de Bruselas

La ne­ga­tiva del mi­nistro de Economía a rea­lizar sus de­cla­ra­ciones ante una cá­mara, como la del por­tavoz co­mu­ni­ta­rio, siem­bran la in­quietud sobre lo que real­mente ha su­ce­dido en Bruselas

La in­for­ma­ción di­fun­dida por la agencia de no­ti­cias bri­tá­nica Reuters ase­gu­rando que desde la Comisión le han fil­trado al menos tres fuentes dis­tintas que el Gobierno es­pañol am­pli­fica las ci­fras del dé­ficit pú­blico y re­trasa la adop­ción de me­didas por ra­zones elec­to­ra­lis­tas, exige una res­puesta clara de la Comisión. Más in­cluso, si la in­for­ma­ción es cierta. No puede ser un fun­cio­nario del nivel de un por­tavoz del Comisario de Economía y Asuntos Monetarios quien lo haga. Y menos que lo haga mien­tras pasea por un pa­sillo del Parlamento Europeo en Estrasburgo. Los des­men­tidos ro­tundos se tienen que poder gra­bar. Como no puede ser que el mi­nistro de Economía es­pañol, Luis de Guindos, ase­gure a los me­dios en Londres, a donde se ha des­pla­zado para ex­plicar su re­forma, que ha ha­blado con Olli Rehn, que le ha des­men­tido la in­for­ma­ción men­cio­nada, pero tam­poco se le puedan grabar sus ob­ser­va­cio­nes. Porque llueve sobre mo­jado. Ahora que ha vuelto a abrirse el mer­cado lo úl­timo que pueden ge­ne­rarse son dudas sobre la trans­pa­rencia y la fia­bi­lidad de los datos es­paño­les.

A Olli Rehn no le habría costado nada despejar las dudas planteadas tras las informaciones de la agencia Reuters, que todavía mantenía destacadas de madrugada en su página en castellano. Todo lo que dijo el comisario a pregunta de una periodista es que "a finales del año pasado, el nuevo Gobierno español identificó un desvío significativo en el déficit público, pero al mismo tiempo adoptó acciones rápidas para limitar esta desviación mediante varias medidas fiscales".

Luego lo que ha pedido al Ejecutivo de Mariano Rajoy es que acelere la elaboración de los presupuestos, sin alterar los objetivos de consolidación fiscal, lo que evidentemente enfría las expectativas de que Bruselas flexibilice sus exigencias de recorte del déficit.

Como la tormenta política generada por las informaciones de Reuters ha continuado durante toda la jornada del martes, ante la falta de una negativa rotunda por parte del comisario en su intervención en la rueda de prensa, su portavoz, Amadeu Altafaj, trasladaba a los medios su desmentido rotundo de que la Comisión albergue duda alguna sobre las cifras españolas de déficit. No hay indicio alguno de cualquier posible irregularidad.

Esto está muy bien. Pero una institución que entrega habitualmente cientos de documentos y notas de prensa, que como mínimo realiza una rueda de prensa al medio día de todos los días laborables del año, debería haber actuado de otra forma. España no se puede permitir que se ponga en duda la decisión del Ejecutivo de poner en orden las cuentas y su compromiso de que se van a adoptar las medidas necesarias para volver al equilibrio presupuestario.

Y se lo puede permitir todavía menos ahora en la que otras agencias, como Bloomberg, competencia directa de Reuters, nos ponen como los alumnos malos de las últimas semanas, frente a los éxitos conseguidos por Italia.

El Comisario y vicepresidente Joaquín Almunia debería pensarse también, si, al margen de que él no tenga nada que ver con la información de Reuters, no debería salir en defensa del Ejecutivo de Mariano Rajoy, y aclarar que no ha habido ningún aumento artificial del déficit para mostrar con posterioridad su nivel de eficacia.

 

Artículos relacionados