BCP es­pera la lle­gada de nuevos ac­cio­nistas y se pondrá bajo la tu­tela del Estado

La fuerte revalorización de la banca lusa en Bolsa confunde a analistas y sorprende a los inversores

La gran banca por­tu­guesa no está tan mal y hasta dis­fruta de mejor salud que otras bancas eu­ro­peas, como la es­pañola

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Los tres grandes bancos pri­vados lu­sos, el BCP, el BES y el BPI, han sor­pren­dido en la Bolsa de Lisboa por sus im­por­tantes re­va­lo­ri­za­ciones de más del 50% en tan solo dos jor­na­das. Nadie con­taba con ese éxito, sin ningún ar­gu­mento y tras pre­sentar los peores re­sul­tados de su his­to­ria. Especialmente el BCP, donde a partir de fi­nales de fe­brero asu­mirá la di­rec­ción Nuno Amado, quien acaba de dejar la pre­si­dencia del Santander Totta. El úl­timo año el BCP perdió 786 mi­llones de eu­ros, prác­ti­ca­mente lo mismo que su ca­pi­ta­li­za­ción bur­sá­til, que a fi­nales de ejer­cicio re­pre­sen­taba prác­ti­ca­mente un 10% del valor que tenía antes de la cri­sis, pero en solo tres días de fiebre la ac­ción se dis­paró un 90% sobre el mí­nimo his­tó­rico de 0,097 euros al­can­zado el pa­sado mes de no­viem­bre. Y lo mismo pasó, pero con menos im­pacto, al BPI y al BES, que su­frieron igual­mente pér­didas ré­cord, de 204 y 108 mi­llones de euros res­pec­ti­va­mente.

El último en sumarse a la lista, fue Caixa Geral de Depósitos (CGD), que registró las primeras pérdidas de su historia, por unos 488 millones de euros, pero sin impacto bursátil, porque el 100% del capital  está todavía en manos  del  Estado.

Pese a haber sido sorprendidos por los mercados, los analistas sacan ahora a relucir una lista de razones que según ellos explican el "revolcón" bursátil de la gran banca privada lusa. Las cuantiosas pérdidas, por ejemplo, son miradas ahora bajo una perspectiva positiva: lo que el BCP, el BES y el BPI han hecho - lo mismo que la CGD - fue movilizar un volumen récord de provisiones, para cubrir no solo el pozo sin fondo de los créditos morosos, sino también la fuerte devaluación de sus respectivas carteras. La CGD, por ejemplo, tuvo que hacerse cargo de la devaluación de los grandes grupos nacionales donde tiene participaciones importantes, como Portugal Telecom, Brisa, etc. Y lo mismo hicieron el BCP, el BES y el BPI, que con unas  cuentas más saneadas, presentarían ahora mejores perspectivas bursátiles de cara al futuro.

Pero lo que de verdad propulsó las acciones del BCP, del BES y del BPI, según los analistas, fue principalmente el cierre masivo de posiciones tomadas en los últimos tiempos por hedge funds y otros inversores especulativos que se posicionaron muy fuerte con una apuesta a la baja de las acciones de la gran banca privada portuguesa. En concreto, las fuertes alzas registradas la última semana fueron el resultado de la "espantada" general de los llamados short sellers, que movieron ficha al mismo tiempo y en la misma dirección, tras la publicación de los resultados desastrosos del BCP, del BES y del BPI, con las acciones prácticamente en mínimos históricos.

Lo mismo había pasado con otros grupos, como PT, que está ahora "en fase de recuperación", después de que su capitalización bursátil cayera al nivel más bajo de la última década, a poco más de la mitad de los 7.500 millones de euros que Telefónica pago por la participación lusa en la brasileña Vivo.

Amado controlará centralizará el poder en BCP

Pero a esta explicación técnica, convendría sumar otros argumentos, sobre todo en relación con la fuerte revalorización del BCP, que vio como el 15% de sus acciones cambiaban de manos en unos pocos días. Y el menos importante no es ciertamente el cambio de presidente y de modelo de gestión, provocado por los principales accionistas nacionales  e internacionales: fue la petrolera publica angoleña Sonangol, que controla 15% del capital y tiene previsto alcanzar pronto el 20% (el máximo autorizado por el Banco de Portugal)  lo que convenció Nuno Amado para que cambiara la presidencia del Santander Totta por la del BCP. Además, bajo el influjo de Sonangol, el poder quedará centralizado en manos de Nuno Amado, a diferencia  de la situación actual, con las competencias compartidas por dos órganos (consejos) ejecutivos.  

Tras la junta de accionistas prevista para finales de febrero, el consejo presidido por Nuno Amado tendrá una mayor representación de Sonangol, mientras que algún accionista de referencia quedará aparcado y marginalizado. El caso más llamativo, es el del controvertido empresario Joe Berardo, que en la época de las vacas gordas, y contando con el apoyo de la antigua mayoría socialista (la cual llegó a tener una influencia política directa en la gran banca) pidió prestados al proprio BCP, al BES y a la CGD unos 1.000 millones de euros para hacerse con casi el 7% de la institución - participación cuyo valor de mercado no alcanza hoy los 100 millones de euros. Quien si mantiene su influencia relativa, es Banco Sabadell, que con sus 4% entrará en el nuevo consejo estratégico internacional con una fuerte representación angoleña.

De hecho, según informaciones llegadas de Angola, es el propio gobierno angoleño, bajo la presidencia de José Eduardo dos Santos (lleva décadas en el poder pero estaría preparando ahora su sucesión,  en la figura del expresidente de Sonangol Manuel Vicente que como paso intermedio fue nombrado ministro de Estado y de la Coordinación Económica), quien está controlando los "cambios" al frente del BCP.  Y con una idea fija: poner la diversificación y la expansión internacional de los grupos angoleños en manos del mayor banco privado luso.  Aunque lo de "privado" ya no sea tan claro: además del capital público angoleño, cuyo peso pasará próximamente del 15% al 20%,  el BCP tiene ya decidido solicitar la ayuda financiera del  Estado, para situar su core capital en el 10%,  y aplicando los criterios bancarios europeos.  

**¿Un banco público chino en BCP?           **    

Otro dato, es que los mercados empiezan a descontar la llegada eventual de nuevos inversores internacionales. Así, tras la venta del 21,35% de la eléctrica nacional EdP y del 25%  de REN (la gestora de la red de transporte de la electricidad y del gas), respectivamente a China Three Gorges y a la también china State Grid (el fondo Omán Oíl se hizo con los restantes 15% de REN vendidos por el Estado), no pasa día sin que los medios políticos y financieros y la prensa especulen sobre una eventual y próxima nueva entrada de capital público chino y que sería destinado principalmente al BCP. La idea general, es que en el momento oportuno llegará un banco público chino para hacerse con  el 15% o el 20% del BCP, y con el objetivo de compartir la gestión con Sonangol. Tampoco se descarta la llegada de capital público brasileño.  

De algún modo, pese a las pérdidas millonarias sufridas el último año y todo lo que queda todavía para sanear por la morosidad  y las carteras de inversión (y utilizando los criterios de la autoridades bancaria europea, que es más exigente en la materia que el Banco de Portugal), y pese a las negras nubes que atenazan Portugal (vuelta a la recesión económica, aumento del paro, necesidad eventual de un segundo plan de rescate, el riesgo latente de una renegociación de la deuda), la imagen que sale a flote es que la gran banca lusa no esta tan mal como se decía, y hasta respira mejor salud que otras bancas europeas, como  la española. Conviene recordar, además, que los intereses españoles en la banca lusa son considerables: Santander, BP y BBVA representan en torno al 15% del sector, y además del Sabadell en BCP, con su 4%, también está La Caixa, que con una participación del 31% es principal accionista del BPI, pero en cuya gestión no tiene todavía un gran influencia directa.      

 

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