El pacto de divisas entre China y Japón el pasado mes de diciembre es una muestra más de cómo el país trata de reducir su dependencia del dólar, mientras que otros países fundamentalmente de Asia están encantados de participar en estos acuerdos debido a que mejoran los costes de los acuerdos comerciales y financieros vinculados con China.
El estudio revela que estos acuerdos son casi simbólicos en la actualidad, pero con el tiempo están convencidos de que tendrán una relevancia y un potencial que transformarán el sistema de divisas internacional. Prueba de ello son las políticas que el gobierno chino está aplicando en los últimos tiempos que indican cuan seria es su pretensión de competir para ganar el puesto de ser la principal divisa comercial en el mundo.
Para ello el gobierno chino está dispuesto a aplicar importantes reformas internas al tiempo que continuará su promoción del yuan a través de Hong Kong como plataforma de la promoción internacional. A medio plazo, el capital chino comenzará a abrirse y sus mercados financieros comenzarán a estar más desarrollados lo que colocará a Shanghai como un centro financiero internacional al nivel de la City de Londres, aseguran los expertos de la Brookings Institution.
También tienen claro es que sin la apertura del capital y la libre convertibilidad del yuan, será difícil que se convierta en la moneda que tome el relevo al dólar.
De momento los expertos aseguran que, incluso si su apertura de los mercados es gradual, el yuan se incorporará en los próximos cinco años a la cesta de monedas internacional de derechos especiales de giro, ya que al FMI necesita mucho más a China que al revés. El hecho de incluirla supondrá una influencia sobre China en la internalización de las repercusiones globales de sus políticas internas.
El impacto del yuan en el sistema monetario internacional y su contribución a una mayor estabilidad del sistema financiero depende de la manera en que China acelere su apertura a los mercados de capitales. También depende de cómo desarrolle sus mercados financieros, qué políticas internas adopte para llevar a cabo estos procesos, así como las implicaciones que tenga en su propio crecimiento y estabilidad.
Los expertos apelan a la historia paras buscar un referente. Hace décadas la moneda fundamental era la libra y el dólar consiguió destronarla en las transacciones internacionales. Nadie tiene por qué extrañarse que haya llegado la hora del yuan y logre destronar al todavía poderoso dólar.