"Con Montilla esto no hu­biera ocu­rri­do", dicen en la em­presa

Agbar se distancia de Mas tras perder el contrato de aguas de Barcelona

La pró­xima se­mana re­cu­rrirá el con­curso lo­grado por Acciona

Agbar
Agbar

En Aguas de Barcelona (Agbar) no acaban de asi­milar la ad­ju­di­ca­ción del con­trato que la Generalitat otorgó re­cien­te­mente a Acciona para ges­tionar la Red Regional de Aguas de Ter del LLobregat. La com­pañía pre­sen­tará esta pró­xima se­mana el re­curso por el que im­pug­nará la de­ci­sión del equipo de go­bierno de Artur Mas, ale­gando que en ningún mo­mento se ha va­lo­rado la "permanencia te­rri­to­rial", la in­no­va­ción y la pro­fe­sio­na­lidad de la em­presa. La em­presa ca­ta­lana de aguas cues­tiona in­cluso el precio ofer­tado por la com­pañía que pre­side José Manuel Entrecanales. Fuentes pró­ximas re­co­nocen que úni­ca­mente se ha bus­cado con­tra­pres­ta­ción eco­nó­mica.

La compañía catalana quería haber recurrido antes pero sus directivos aplazaron su presentación hasta después de la reunión del Instituto de la Empresa Familiar que se ha celebrado esta semana en Barcelona. El presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales, asume actualmente la presidencia del IEF y no ha tenido más remedio que asistir estos días a las reuniones de empresarios en la capital catalana.

El máximo responsable, Ángel Simón, estaba igualmente obligado a asistir a la mayoría de los actos por lo que no quería cruzarse con Entrecanales con una demanda encima de la mesa. Es cierto que el recurso no va contra Acciona sino contra la Generalitat, pero la situación se aventuraba un tanto complicada y el presidente de Aguas de Barcelona no quería ser objeto de comentarios en los pasillos. Por esta razón y, pese a su malestar, ha preferido que pasase la cumbre del Instituto de la Empresa Familiar para oficializar el recurso.

Y es que Ángel Simón ha perdido en las últimas fechas dos batallas importantes. La pérdida del contrato para abastecer de agua a la ciudad de Barcelona , su área metropolitana y nueve comarcas de su entorno ha sido un duro golpe para la compañía. Un golpe bajo que a decir verdad tampoco ha sido muy bien asimilado por sus dos accionistas los franceses Suez Environnement que controlan un 75,74% y La Caixa que tiene otro 24,26% del capital. Uno y otro no entienden que la compañía con más poder en este campo haya podido dejarse marchar este contrato.

En la empresa, además hay un fuerte malestar con Artur Mas porque consideran que no les ayudado cuando daban por hecho que iban a resultar ganadores pese a que la oferta de uno y de otro difería bastante. "Con Montilla esto no hubiera ocurrido", han reconocido fuentes próximas a la compañía. En la compañía catalana no se oculta que durante la etapa de Montilla el ex presidente trabajó mucho con Aguas de Barcelona, de ahí que recuerden esos años como muy fructíferos. En otros ámbitos, se piensa que Mas ha querido tener en estos momentos un gesto con empresas no del entorno catalán, razón por la que se considera que han podido primar intereses políticos.

Otras fuentes subrayan, en cambio, que la oferta económica de Acciona era mucho mejor y que lo que Artur Mas buscaba era una buena contraprestación. Del global de 75 puntos que la Generalitat exigía en la propuesta económica, Acciona ha logrado 74,73 y Aguas de Barcelona 31,25 puntos. Además, Acciona ofrecía cobrar el metro cúbico de agua a 0,788 euros y se comprometía a aplicar la nueva tarifa a partir de 2015. Asimismo, mantiene el compromiso de no realizar ajustes de plantilla en los próximos cinco años. Desde Aguas de Barcelona sostienen, por su parte, que volverían a presentar la misma oferta.

 La concesión será durante un plazo de 50 años y un canon a pagar a la Generalitat de 995,5 millones de euros. De ellos, 298,6 millones serán aportados a la firma del contrato y los 696,8 millones restantes en 50 anualidades. La concesión conlleva el abastecimiento de agua desde la captación del recurso en origen hasta su entrega en los depósitos municipales de la ciudad de Barcelona, su área metropolitana y nueve comarcas de su entorno, con una población cercana a los cinco millones de personas.

Malestar en los accionistas

El malestar que abunda entre los dos accionistas, Suez y la Caixa, por haber perdido el contrato hecho, se agranda aún más si se analiza que Agbar acaba de perder también el suministro de agua potable a Valencia y su área metropolitana a favor de su máximo rival Aguas de Valencia. Esta última se ha hecho con el suministro de agua potable a la capital valenciana durante los próximos 50 años por 2.500 millones de euros. Este contrato supone, si cabe, un nuevo varapalo para Agbar al no haber logrado sacar adelante el recurso que presentó en su día.

El conflicto entre ambas compañías viene de largo. Es más, el presidente de Aguas de Valencia, Eugenio Calabuig, ha amenazado con pagar a Agbar con la misma moneda y recurrir también el pacto al que han llegado el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y Agbar para el suministro de la zona. Para ello, la empresa pública aprobó el pasado 6 de noviembre la creación de una nueva empresa de capital mixto pero en la que Agbar tendrá un 85% del capital.

Según Calabuig, la creación de esta sociedad se ha hecho sin concurso público y con el simple argumento de considerar a Aguas de Barcelona empresa única con implantación en la zona, pero sin tener en cuenta a otros operadores.

Esta guerra declarada que actualmente tienen las grandes concesionarias de aguas da muestra de la que se avecina cuando se produzca la privatización del Canal de Isabel II, de Madrid. El mal momento económico ha paralizado el plan, pero se aventura que puede haber más de una pelea jurídica entre los grupos ofertantes. La batalla por el control del agua de Madrid se presume dura. 

 

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