A 31 de diciembre de 2010, fecha última en la que se disponen de datos ofrecidos por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), la aseguradora es la entidad española con una mayor exposición a la deuda griega, por delante de Santander (177 millones de exposición bruta) y de BBVA (127 millones). Los siguientes españoles en la lista eran BFA-Bankia (55 millones) y Banco Pastor (41 millones), que al fusionarse con el Popular después la resultante arrojará ahora una cifra diferente.
En el caso de Mapfre, y según datos ofrecidos públicamente por la compañía el pasado mes de julio, ya se ha contabilizado contra el patrimonio neto una parte de la minusvalía latente en su cartera de deuda griega próxima al 50%, la quita que se estimaba en aquel momento que se produciría. Como en la actualidad la cifra que se negocia es entre un 65% y un 75%, será necesario provisionar alguna cantidad adicional, si es que ya no se ha hecho. Lo mismo sucede con el Santander, que también anunció planes para provisioanrla en su momento.
Tragedia griega
En los comunicados y las filtraciones realizadas a lo largo de las últimas horas se dejaba entrever un claro sentimiento de tragedia griega. La urgencia está más presente que nunca y el final, que presagiaba la frustración de una solución que parece al alcance de la mano pero que los hados se niegan a admitir, parece que se puede evitar. Por primera vez desde que se han iniciado las conversaciones, un comunicado del IFI manifestaba que los elementos de un plan de participación del sector privado voluntario y sin precedente en la historia en este tipo de deuda están a punto de tomar forma.
Los responsables del IFI, su presidente Charles Dallara y su adjunto Jean Lemierre, urgían a alcanzar un acuerdo, al igual que hacía pocas horas después el presidente francés, Nicolas Sarkozy. El acuerdo con Grecia se considera un paso previo para alcanzar primero su estabilidad económica, segundo la de la zona euro y en consecuencia de la economía mundial. Precisamente el FMI tiene previsto dar a conocer sus últimas estimaciones de crecimiento este martes que, dada la situación actual, no augura nada positivo.
Grecia sabe que no tiene recursos para devolver el principal y los intereses que le vencen en los próximos días. Pese a que la cantidad que vence el 12 de febrero es modesta (2.508 millones de euros), no tiene reservas suficientes para poderlo hacer sin dejar de cumplir con otras obligaciones. Pero la cifra significativa es la del 12 de marzo cuando debe devolver 19.051 millones. En total deberá pagar en este año 59.801 millones y la factura se le reduce significativamente en 2013 con 37.961 millones pendientes. No obstante a esta factura habría que sumarle las emisiones que realicen a corto a lo largo de este año.
Como muestra el siguiente cuadro de los vencimientos mensuales de la deuda soberana griega, según los datos recogidos por Bloomberg, la urgencia se centra en los próximos meses. Al dinero que debe devolver hay que añadirle los recursos que necesita para estimular la economía y salir de la más grave recesión que ha afectado a Grecia desde la Segunda Guerra Mundial. 2012 será el quinto año consecutivo de recesión de este país.
El Ecofin deberá decidir si aprueba los acuerdos
La reunión del Ecofin que se inicia este lunes en Bruselas debe decidir si se da el visto bueno a los términos del preacuerdo conseguido sobre algunas partidas de los términos de la negociación que realizan los negociadores del IFI y el ministros de Economía griego Evangelos Venizelos.
De conseguirse el pacto se daría vía libre al plan de recapitalización de Grecia aprobado por el Consejo Europeo del mes de octubre para aportarle 130.000 millones de euros procedentes de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
Los mercados dan por hecho que el acuerdo se va a alcanzar, tal y como refleja la subida de las bolsas europeas de la última semana y la recuperación del euro frente al dólar el pasado viernes. Pese a que las formalidades posteriores al pacto podrían llevar unas semanas adicionales, el esperado anuncio del fin de las diferencias entre el IFI y Grecia abre una nueva puerta a las perspectivas de reformas en Europa.