Se ne­ce­si­tará apelar al mer­cado por otros 15.000 mi­llones más, como mí­nimo

Bancos y Estado tendrán que competir duramente por la financiación exterior

Las ma­yores ne­ce­si­dades de fi­nan­cia­ción pú­blica, al subir el dé­ficit al 8%, es­tran­gu­larán más el cré­dito

Luis de Guindos
Luis de Guindos

Pese a que lo ve­nían ad­vir­tiendo desde hacía tiempo, la pri­mera de­ci­sión del Gobierno del Partido Popular ha sor­pren­dido. El primer ti­je­re­tazo de 8.900 mi­llones de euros está muy por en­cima de los 4.000 que había an­ti­ci­pado de ma­nera in­formal el nuevo mi­nistro de Economía, Luis de Guindos. También está muy por en­cima de lo pre­visto por ex­pertos y me­dios de co­mu­ni­ca­ción. Estos úl­timos sobre todo pen­saban que las grandes me­didas se re­tra­sa­rían hasta des­pués de las elec­ciones an­da­lu­zas, pero no ha sido así. Rajoy ha cum­plido con su ad­ver­tencia de que ve­nían tiempos di­fí­ci­les, una de­cla­ra­ción que logró las ala­banzas del Financial Times hasta su­gerir que le re­cor­daba la frase de Sir Winston Churchill, de "sangre, es­fuerzo, sudor y lá­gri­mas".

Pero Rajoy ha impuesto un recorte en el gasto público que aparece como demasiado drástico si no se acompaña de forma paralela de un plan de impulso a la economía a través de ayudas a las empresas para que puedan generar empleo.

No parece haberle temblado la mano ni un ápice a la hora de subir los impuestos a las rentas del trabajo, la fiscalidad al ahorro y el IBI. O en reducir las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronal, para conseguir otros 6.000 millones de euros adicionales de ahorro. Una cuestión no menor es que no ha bajado los salarios, pero ha subido el IRPF, que para el caso viene a ser lo mismo.

El temor es que tanto rigor pueda matar el crecimiento. Y el temor no es menor. Lo advierten insistentemente dos premios Nobel de Economía como Paul Krugman y Joseph Stiglitz. Se plantea la duda de si con estas medidas, junto con la reforma financiera que deberá acometer en estos primeros seis meses y la reforma laboral, será suficiente para sentar las bases de la recuperación. No será sencillo. Entre otras razones porque se siguen necesitando muchos recursos para financiar el déficit público, pero sobre todo el privado. Estamos endeudados hasta las cejas: 4,25 billones de euros y quien está dispuesto a prestar se lo cobra.   

Y el primer dato estadístico del que han informado sólo una semana después de llegar al Gobierno no es tranquilizador, pues el déficit es muy superior al previsto. Será necesario apelar al mercado por otros, como mínimo, 15.000 millones más, sobre los 50.000 estimados por el Ejecutivo anterior.

Supone otra competencia más con el sector financiero español que, ante la falta de financiación en los mercados y la desconfianza existente en el interbancario, tendrá que pagar más caros los recursos que encuentre. 

La recepción de las medidas entre los teóricos de esta parte del Atlántico, ha sido buena. Pero el mercado primario todavía no ha tenido la oportunidad de decir nada y el secundario está aletargado por las fiestas y apenas ha registrado operaciones.

Rajoy no tiene mucho que celebrar en estas fiestas, que serán las últimas que pase en su casa y no en La Moncloa. El desafío que todavía le queda por delante es mucho mayor que la simple decisión de implantar estas medidas, pese a que son atrevidas.

En términos generales los mayores retos que tendrá que afrontar durante el 2012 serán la reestructuración financiera, la reforma laboral, en la que sindicatos y patronal ya han manifestado que hay aspectos en los que no se podrán poner de acuerdo, y aumentar la competitividad. Pero no todo está en manos del Gobierno español. 

**Europa debe solucionar el problema de la deuda **

La solución definitiva a la crisis de la deuda en Europa es fundamental. Algunos economistas como Santiago Carbó, en los cuadernos de  Información Económica de FUNCAS, dan tanta importancia al asunto de la deuda que afirma que los problemas que afectan a la economía real no se solucionarán si no se consigue antes la estabilidad financiera y bancaria. 

A lo largo del 2010, el diferencial de España con la deuda alemana casi se ha duplicado desde los 250 puntos básicos con los que arrancó el año hasta los 499 de mediados de noviembre, aunque a 30 de diciembre se ha relajado hasta los 430 puntos.

La rentabilidad del bono español se disparó hasta niveles cercanos al 7%, aunque tras las elecciones esas cifras han caído en las últimas emisiones hasta el 5%. Uno de los grandes problemas es que la financiación de algunos países de la eurozona se ha encarecido tanto, a través de sus emisiones de deuda soberana, que se han situado en niveles previos a la intervención.  

Por eso, una de las próximas actuaciones de Rajoy será tratar de que se rebajen los intereses de la deuda, para lo que ha exigido a sus dos ministros relacionados con la materia que esclarezcan las verdaderas cifras del endeudamiento total de España. Conviene recordar lo pagado sólo de intereses por la deuda suman el equivalente a lo que ganan de media dos millones doscientos mil trabajadores españoles al año.

Para que funcione la economía es necesario que fluya el crédito a las empresas. La primera gran corrección de las cifras sobre las anunciadas por la exvicepresidenta, Elena Salgado, pese a lo esperado, es muy negativa. ¿Nos sorprenderán con algo más de este calado?

 

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