Además de ser el resultado de más de una veintena de cajas, tras una serie de fusiones realizadas con anterioridad, la entidad resultante contará con más de 63.500 millones de euros de volumen de negocio, un coeficiente de solvencia del 12,33%; 3,3 millones de clientes, casi un millón de socios; 6.352 empleados y 1.465 oficinas. Su hándicap principal, ahora que el Gobierno ha fijado un listón mínimo de 100.000 millones de euros de activos, es que se queda en sólo 38.800 millones.
Con el poder que Cajamar y Ruralcaja creían que le daba contar con casi la mitad del peso del sector, pretendían liderar la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR) y que el resto de las cajas se sumara a su proyecto. El primer intento ha sido en vano.
Se han encontrado con la oposición de la mayoría del resto de cajas que aprobaron limitar el derecho de los socios en la AERC al 10%, ya que con un tamaño de 38.000 millones en activos, la mitad de todo el sector, hubieran podido tener el control absoluto de la asociación.
Según fuentes cercanas a la asociación, la andaluza Cajamar, que no forma parte de la asociación pero sí Ruralcaja donde ocupa un lugar destacado en la misma, sería la que habría intentado que el resto del sector permitiera su liderazgo. Pero se han encontrado inicialmente con una oposición radical y ha provocado la modificación de los estatutos para que los miembros no puedan ejercer su derecho a voto por más del 10%, con independencia de su tamaño.
Tras esta decisión, la caja valenciana Ruralcaja ha anunciado que se reserva el derecho a impugnar los acuerdos o a abandonar la asociación. La decisión no la tomará hasta después del momento en que se materialice su fusión con Cajamar, decisión que deben votar este martes las asambleas de ambos grupos.
La nueva entidad que pasa a denominarse Cajas Rurales Unidas, Sociedad Cooperativa de Crédito, pretendía controlar la asociación con el fin de liderar el proyecto de que nuevas cajas se unan a su proyecto global y lograr así aumentar su capacidad de competir con el resto de entidades españolas, bancos y cajas de ahorros, inmersos a su vez en un proceso de concentración.
Sin embargo desde Cajamar aclaran que ellos no tienen ninguna intención de pertenecer a la asociación, aunque no renuncian a la unión de todas las cajas rurales para ser más fuertes en el sector financiero.
Saben que la competencia y el objetivo del Gobierno es que las entidades tengan más tamaño y más solvencia para garantizar la viabilidad de cuantas entidades estén establecidas en territorio nacional.
De Guindos tendrá que hacer una excepción
Teniendo en cuenta que el departamento que lidera De Guindos ha estipulado en unos 100.000 millones de euros en activos el tamaño mínimo para las entidades financieras, tendrá que hacer una excepción con este sector si no quiere que desaparezca.
Las cajas rurales, que se encontraban absolutamente atomizadas, han logrado en los últimos tiempos a través de múltiples fusiones, ganar en tamaño. Sin embargo, en la mayoría de los casos, han tenido que renunciar a su poder político.
Cajamar, líder del sector, es el resultado de la fusión de Caja Rural del Duero, Caixa Rural de Baleares y Caja Campo. Además constituyó el Grupo Cooperativo Cajamar que supuso el primer SIP (Sistemas Institucionales de Protección) o fusión fría que aprobó el Banco de España y al que se sumaron con posterioridad otras cinco cajas rurales de la comunidad valenciana y la Caja Rural de Canarias.
Ruralcaja, que ocupa el segundo lugar en el ranking, surge de la fusión con las cajas rurales de Alicante, Elche, Valencia, Credicoop de Castellón y han liderado el Grupo CRM que lo constituyen 14 cajas rurales de la comunidad valenciana.
La unificación de los dos SIP, formadas por más de una veintena de entidades, que está previsto aprobar este martes, no será una realidad hasta el mes de abril o mayo. Ambas entidades van a mantener sus marcas comerciales hasta el año 2014. El consejo estará formado por 20 miembros, 14 de ellos pertenecerán a Cajamar. Habrá dos copresidencias que corresponderán al actual vicepresidente de Cajamar y consejero delegado, Juan de La Cruz y al presidente de la caja valenciana, Eduardo Ferrer Perales.