Mañana pre­senta re­sul­tados se­mes­trales que con­so­lidan las apor­ta­ciones ne­ga­tivas de Hochtief

ACS afronta una dura semana en Bolsa por el agujero que le ha originado su 'joya australiana' Leighton

La cú­pula de su fi­lial cesó con gran re­vuelo la se­mana pa­sada antes de ser des­ti­tuida por Florentino Pérez

Florentino Pérez, presidente de ACS
Florentino Pérez, presidente de ACS

Cuando ACS, pre­si­dida por Florentino Pérez, lanzó una OPA el año pa­sado sobre la ale­mana Hochtief, en una ope­ra­ción que ha ori­gi­nado graves ten­siones en la com­pañía ger­mana, se apun­taba como ob­je­tivo pri­mor­dial de la oferta hostil la toma de con­trol de la aus­tra­liana Leighton, fi­lial de Hochtief, y con­si­de­rada como una joya. Sin em­bargo, meses des­pués de ganar el con­trol de la ale­mana, Leighton se ha con­ver­tido en un au­tén­tico que­bra­dero de ca­beza para Florentino Pérez, ca­li­fi­cado por la ca­dena de te­le­vi­sión aus­tra­liana ABC y otros me­dios de co­mu­ni­ca­ción como "propietario" del Real Madrid. Pérez ha ori­gi­nado una con­vul­sión en Leighton con el re­levo de la cú­pula di­rec­tiva, aunque la prensa es­pañola la haya ca­li­fi­cado de tran­quila. En un caso sin pre­ce­den­tes, el ex pre­si­dente David Mortimer di­mitió por sor­presa con efectos in­me­dia­tos, y un día des­pués le si­guió el con­se­jero de­le­gado David Stewart, desatando un es­cán­dalo e im­pi­diendo una transición menos do­lo­rosa para la em­presa como pre­tendía el con­sejo que en­ca­beza Pérez.

Mortimer, que había arrancado en noviembre a Pérez un compromiso de respetar la independencia de Leighton una vez tomado el control de Hochtief, se erigió entonces en defensor de los accionistas minoritarios de la compañía (46% del capital), y con su actitud contraria a los intereses del presidente del Real Madrid tenía los días contados. El nuevo presidente de la australiana, Stephen Johns, se ha apresurado a cambiar el disco, subrayando que no hay diferencias entre "servir los intereses del mayoritario (ACS, vía Hochtief) y los minoritarios.

Pérez ha utilizado a Frank Stieler, el nuevo consejero delegado que nombró en Hochtief , la filial alemana de ACS ya que controla ahora más del 50%, para hacerle el trabajo sucio en la presunta joya australiana, que ha perdido casi la mitad de su valor bursátil desde que la compañía española iniciase la opa hostil.

Leighton se ha mostrado mucho más frágil de lo que nadie pudiera pensar en su último ejercicio, con unas provisiones superiores a 1.000 millones de dólares australianos, 730 millones de euros, y una pérdida neta en el ejercicio concluido en junio de 300 millones de euros, lo que le ha obligado a realizar una ampliación de capital de 750 millones de dólares australianos, y empieza a ponerse en duda la calidad de su cartera de obra, especialmente la obtenida en los países árabes.

ACS presenta mañana martes sus primeros resultados semestrales en los que consolida el 100% de Hochtief, y por consiguiente de Leighton, por lo que el quebranto de la australiana se hará sentir sensiblemente. El comportamiento bursátil de la empresa de Pérez, en la que mantiene el control con el apoyo de los Albertos y la famila March, se ha resentido en los últimos tiempos, a pesar de que ha aumentado su autocartera, ahora en el 5,5%, y que todavía el fondo Southeastern, que actuó de aliado de Pérez en la opa sobre Hochtief, mantiene (datos del 30 de junio) su participación, que en contra de lo divulgado por algunos medios no ha aumentado. Un dato inquietante es que en el segundo trimestre de este año, el fondo internacional de Longleaf Partners, el instrumento institucional utilizado por Southeastern para la inversión en ACS, ha preferido incrementar su posición en Ferrovial, desechando ganar peso en la compañía de Pérez.

ACS, forzada por los bancos acreedores, ha estado vendiendo un gran número de negocios para tener caja con la que acometer las inversiones hostiles en Hochtief e Iberdrola, pero las últimas operaciones no le han permitido obtener importantes plusvalías, caso de los negocios de renovables, e incluso están paradas por problemas de financiación, como es el caso de Clece. La venta de ésta por 608 millones de euros se anunció hace 5 meses a expensas de que los compradores, el capital riesgo de Permira y Mercapital, obtuvieran financiación. La quiebra de los ayuntamientos y otras administraciones, principales clientes de Clece, dificulta aún más esta operación.

El objetivo que ser marcó Florentino Pérez ante la junta de accionistas de ACS de incrementar este año el beneficio ordinario entre un 7-10% parecerá poco realista cuando mañana presente los resultados de medio año. El sueño del galáctico presidente del Real Madrid de actuar como una sociedad de private equity, rotando negocios, comprando a crédito y manteniendo a raya la cotización bursátil con la autocartera, ha llegado a su fin. ACS deberá encontrar ahora otras fórmulas para que la compra del 20% de Iberdrola y el 50% de Hochtief no se conviertan en una pesadilla. Algunos de los accionistas de control, como la familia March, ya comenzó su repliegue en febrero con la venta del 5% del capital, a 34 euros, un 25% más del valor actual.

 

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