LA ESTALACTITA

Un Gobierno pusilánime

La si­tua­ción em­pieza a pu­drirse en el ki­ló­metro cero de España

Alfredo Pérez Rubalcaba
Alfredo Pérez Rubalcaba

La de­bi­lidad es a un Gobierno lo que el pudor a una me­re­triz. Casan mal, aunque se dan ca­sos. Por ejem­plo, el Gobierno de España. Débil y pu­si­lá­nime por la de­rrota elec­toral de su par­tido, por su ace­falia (José Luis sonríe desde el va­cío), y, ade­más, com­pun­gido por la acam­pada de la Puerta del Sol. El desafío de la fa­vela es una me­tá­fora de la fra­gi­lidad del bue­nismo. Hacen pasar por pru­dencia su temor a ejercer el poder que les con­fiere la so­be­ranía po­pu­lar. El riesgo de tener que ejercer un cierto grado de vio­lencia para hacer cum­plir la ley les aboca a una an­gustia menos me­ta­fí­sica de lo que pa­rece: ¿cuál es el precio elec­toral a pa­gar? Rubalcaba pide opi­nio­nes.

La situación empieza a pudrirse en el kilómetro cero de España. No son sólo los comerciantes de la plaza los que sufren, intimidados por los indignados. Es la imagen de un país que presumía de ser moderno, de adelantar en el pelotón europeo a la mayoría de sus socios, y que hoy su imagen ve más próxima a la de Egipto, a la de Túnez, a la de Marruecos. (En Libia estamos vigilando los bombardeos). Volvemos al tipismo mugriento de África empieza en los Pirineos. La angustia para esta izquierda, que espera a septiembre para definir su identidad, es que los acampados se están creciendo. Se vienen arriba, que dicen los taurinos, con cada día que pasa. Creen que el Gobierno es un tigre de papel.

A los indignados les duele España. Les duele la partitocracia, los bancos, la oligarquía internacional (Perón empleaba un término ya en desuso: sinarquía). No hablan de democracia formal, democracia burguesa, democracia popular, democracia orgánica, sino de democracia real, que no monárquica.

Copio esta anécdota de Wikipedia: Cuenta una anécdota que el General Perón estaba dando una clase en la Escuela Superior de Guerra sobre la situación mundial y las Cinco Internacionales: masonería, Vaticano, sionismo, comunismo, socialdemocracia. Y de repente Perón dice: Pero la más peligrosa de todas es la Sexta Internacional. Hace una pausa y mira a un coronel con cara de sorprendido.

  • ¿qué pasa? ¿Qué no entiende coronel?

  • Mi general, Ud. habló todo el tiempo de cinco internacionales, y ahora habla de una sexta, ¿cuál es?

  • La Sexta Internacional es la Internacional de los boludos. Están en todas partes y no descansan nunca, están todo el día haciendo boludeces.

La imagen de España, ese intangible tan valorado para el crédito, la inversión, el comercio o la diplomacia, es tan vulnerable como la reputación de las personas. No se juzga sólo su reacción ante un problema (como el de los pepinos contaminados, las desgracias nunca vienen solas) sino una conducta: ante las imprescindibles reformas económicas o ante el desafío a la autoridad de los acampados, moda que empieza a extenderse por Europa.

¿Tiene el Gobierno el capital político suficiente para responder a los problemas que se le presentan? La argucia, respecto a la Puerta del Sol, de que "la policía está para resolver problemas, no para crearlos" remite a la vana esperanza de que el problema se disolvería por sí solo. La confianza de que sindicatos y empresarios llegarían a un acuerdo sobre la reforma laboral se fundió el 22M. Ejercer el poder, eso que gusta tanto a los políticos, mandar, es lo que toca. Y eso, siempre, tiene un precio. O se paga o se cobra. Pero no se puede soplar y sorber a la vez.

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