La primera decisión fue la de reducir en 15.000 millones el gasto público, el recorte más importante del estado de bienestar en los últimos 30 años. El Banco de España acaba de publicar que algunas de las grandes empresas españolas han tenido que desinvertir en sus negocios internacionales con el fin de obtener liquidez y reducir sus niveles de endeudamiento. Esa es la razón por la que por primera vez desde 2007, las empresas españoles cerraron un semestre con un saldo negativo en cuanto a inversión en el exterior.
Fuentes del sector financiero, sector que ha estado en permanente contacto con el Ejecutivo anterior y lo está en la actualidad con los recién nombrados, alertan de que el objetivo de recortar el déficit no resultará sencillo. Si el déficit del año que viene fuera del 4,4% como está previsto, habrá que emitir otros 50.000 millones para financiarlo. Por cada punto porcentual de desviación hay que emitir algo más de 10.000 millones de deuda adicional. Son cifras escalofriantes. Por ello, en el sector financiero advierten de que acertar en la figura del director general del Tesoro resulta clave.
Está claro que serán fundamentales también el resto de decisiones relacionadas con el recorte del gasto, o como las ha denominado Cristóbal Montoro, reformas que no recortes. Fuentes financieras calculan que las estimaciones iniciales de Luis de Guindos de que España necesitará financiación por 330.000 millones en 2012 se quedan cortas, si como se da por hecho, el déficit público será como mínimo un punto porcentual superior al estimado por el Gobierno.
Por eso desde el nuevo Gobierno se alerta de la necesidad de esclarecer las verdaderas cifras del endeudamiento total de España para ver las posibilidades de que el crédito empiece a fluir a la economía y dejen de estrangularse empresas. La primera dificultad está en conocer las cifras exactas del endeudamiento total español. Expertos economistas en la materia, como Daniel Gómez-Olivé i Casas, ha puntualizado recientemente que no resulta fácil conocer el volumen de la deuda de la economía española. No existen datos oficiales al respecto.
Tras recurrir a los informes de McKinsey y de la entidad Research on Money and Finance, que fijaban el total de la deuda española entre el 370% del PIB y en el 500%, respectivamente, Gómez-Olivé estima que para el 2011 la deuda total podría estar en el 400%, es decir en 4,25 billones de euros. De este importe, el Banco de España calcula que la deuda de las administraciones públicas representa algo menos de 700.000 millones; la de las familias es algo inferior al billón, y la de las empresas asciende a 1,3 billones. El volumen restante, la deuda que los bancos se deben entre ellos o con acreedores internacionales, se movería en el entorno de los 1,35 billones de euros, según Gómez-Olivé.
**La deuda externa bruta española alcanza 1,7 billones de euros **
Según el Banco de España y el Banco Internacional de Pagos de Basilea la deuda externa bruta española alcanza 1,7 billones de euros. El resto hasta los 4 billones sería deuda interna. De esta deuda, sólo 307.000 millones, un 18% corresponde a las administraciones públicas.
El 82% restante, 1,4 billones de euros, lo debe el sector privado. El 44% de la deuda externa española lo debe el sector financiero, unos 760.000 millones. Los otros sectores deben otro 38%, unos 662.000 millones. Es decir que el sector privado español debe al extranjero el equivalente al 140% del PIB. De ahí su preocupación.
Estos datos ayudan a comprender la presión de la banca internacional para que la administración española pusiera orden, no sólo en la deuda pública, sino en la privada, cifras sobre las que están trabajando los equipos de Montoro, pero muy en especial los de Luis de Guindos.
La banca Alemana y francesa tiene el 42% de la deuda española
Según el BIP de Basilea, España tiene una deuda exterior neta (diferencia entre los créditos recibidos menos los créditos prestados) de 1.11.381 millones, de los que 800.000 corresponden a deudas con la banca internacional. El 22% con bancos de Alemania, el 20% con Francia, un 17% con los de EEUU, el 14% con los del Reino Unido, un 4% con los de Italia y el 16% restante con los bancos de otros países de la UE.
El liderazgo crediticio alemán se debe a la necesidad del país de colocar su excedente de capital y a que España tenía necesidad de esos recursos para financiar su expansión, sobre todo en el sector inmobiliario. Lo ocurrido con España ha sucedido también con el resto de países súper endeudados. A los bancos alemanes le siguen los franceses y los de Estados Unidos. Lo que explicaría la presión de los líderes de estos tres países para que Zapatero entrara en razón para controlar el endeudamiento público, por si resultara necesario ayudas a las entidades privadas desde una posición saneada de las cuentas públicas.
La resolución supondrá más de un dolor de cabeza para los actuales responsables de la economía española, con Rajoy a la cabeza.