CAJAS RURALES

A CRM le sale mal el órdago

El grupo va­len­ciano in­sis­tirá en la in­te­gra­ción

Caja Rural
Caja Rural

Pese a las in­sis­tentes pre­siones del Banco de España para que pro­fun­dicen en la in­te­gra­ción, la Asociación Española de Cajas Rurales, que agrupa a todas estas en­ti­dades salvo a las que op­taron por su­marse a Cajamar, ha re­cha­zado por abru­ma­dora ma­yoría la pro­puesta de Cajas Rurales del Mediterráneo (CRM) para formar un gran grupo con­so­li­dado, en línea con el mo­delo del francés Crédit Agricole o del ho­landés Rabobank. La pro­puesta de la se­gunda gran fu­sión del sector (la pri­mera, Cajamar, está al margen de la Asociación desde hace mu­chos años) con­sistía en la crea­ción de un Sistema Institucional de Protección (SIP), con mu­tua­li­za­ción del 100% de los be­ne­fi­cios e in­te­gra­ción de los ser­vi­cios cen­tra­les, que ten­dría al Banco Cooperativo Español (en el que par­ti­cipan todas las ru­rales del grupo) como so­ciedad ca­be­cera. Este banco re­ci­biría las par­ti­ci­pa­ciones de las ru­rales en la em­presa de ser­vi­cios in­for­má­ticos RSI y en la ase­gu­ra­dora RGA.

La propuesta, impulsada por Ruralcaja, no ha logrado el respaldo suficiente. Por dos razones. La primera, el temor de muchas entidades a que este proceso termine siendo una absorción por parte de la más grande, que es CRM, aunque su modelo garantiza la pervivencia de cada rural, de su marca y de sus órganos de gobierno y obra social. La segunda, ha jugado en su contra lo que se ha interpretado como un órdago, la opción de una integración con el grupo de Cajamar. CRM más Cajamar crearían el mayor grupo del sector de las rurales, y obligaría a nuevos movimientos de concentración en el sector, cuando la mitad de éste (formado por 74 entidades) sigue al margen de la integración reclamada por el Banco de España

En un comunicado, CRM ha lamentado "no lograr los apoyos para unir el cooperativismo de crédito español" y ha anunciado que "continuará trabajando para favorecer procesos de integración que mejoren la eficiencia" del sector.

Desde Cajamar, han evitado realizar cualquier comentario sobre la decisión adoptada por la Asociación Española de Cajas Rurales. Antes de la reunión de la junta directiva de la asociación (a la que no pertenece la entidad almeriense), el presidente de Cajamar, Antonio Pérez Lao dejaba muy claro que no hay conversaciones "institucionales" con otras rurales para su integración en el grupo. Y que mantiene la puerta abierta de par en par a más incorporaciones, porque "queremos que se vengan aquellas que están convencidas". "Nuestro deseo está en que todas las entidades financieras, sobre todo las rurales, resuelvan los problemas y sepan adaptarse a la realidad actual", argumenta. Pero ni una palabra sobre la integración de CRM.

¿Qué va a pasar ahora? Pues que habrá más movimientos. CRM no se va a quedar quieta, aunque le va a costar encontrar socios fuera de la Comunidad Valenciana. Cajamar está con la caña preparada, a la expectativa de dar una respuesta a las entidades más críticas con el mantenimiento de la actual situación.

Cajamar impulsó el primer SIP, al que se han sumado seis entidades de la Comunidad Valenciana, la Rural de Baleares y, pendiente sólo de su ratificación por la asamblea general, la de Canarias. Ruralcaja reaccionó con CRM, con 15 entidades de la Comunidad Valenciana. La sevillana Rural del Sur creó el Grupo Cooperativo Ibérico de Crédito, con la Rural de Extramadura y la de Córdoba. La Rural de Almendralejo replicó con un SIP formado también por cinco entidades andaluzas y extremeñas. Además, hay tres fusiones convencionales: Globalcaja, en Castilla La Mancha, con cuatro entidades, con la Rural de Ciudad Real al frente: la Nueva Caja Rural de Aragón, con Cajalón y Multicaja, rebautizada como Bantierra; y en Castilla León se han unido las rurales de Burgos, Segovia y Fuentepelayo (CajaCega).

Pero CRM ha abierto un debate que se antoja irresistible, incluso para las rurales que ayer votaron en contra de su propuesta.

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