La caja única vasca, cuyo banco instrumental (al que ha traspasado todo el negocio financiero) comenzará a ser operativo el 2 de enero de 2012, quiere llegar a los 150.000 millones de euros en activos, la dimensión considerada óptima para operar en banca minorista en España, antes de 2013. Mario Fernández reconoce abiertamente que doblar el actual tamaño del grupo para "garantizar su futuro y su independencia" requiere acuerdos con otras entidades financieras y participar en las pujas por las que están en venta, como ya hizo con la cordobesa CajaSur (ahora, BBK Bank), ya que el crecimiento orgánico no parece suficiente.
Kutxa Bank analiza varias opciones, pero de momento se encuentra en la fase de estudios preliminares, sin que se hayan tomado decisiones ni se han iniciado conversaciones oficiales con alguna de las entidades que se están valorando. Una de estas opciones es una alianza con Banca Cívica, que tiene una dimensión ligeramente inferior a la caja única vasca: 72.000 millones de euros. El grupo impulsado por Caja Navarra, y al que se sumó posteriormente Cajasol, fue la primera fusión virtual del sector, y la segunda (tras Bankia), que cotiza en Bolsa. Y este hecho parece un inconveniente para la caja única vasca, que no se plantea sacar a Bolsa a su banco instrumental.
Otra opción, no necesariamente incompatible con la anterior, es la adquisición de una de las entidades controladas por el Frob. La que más gusta es CatalunyaCaixa, con un tamaño similar al de KuxtaBank (77.000 millones de euros en activos). Aquí el problema reside en que el Banco de España quiere dar prioridad a la colocación de Unnim, que tiene 29.000 millones en activos, y al Banco de Valencia, que cuenta con 24.000 millones. Las condiciones ofrecidas al Sabadell para que se hiciera cargo de la CAM (esquema de protección de activos, más amplio que el que logró BBK para hacerse con CajaSur, y garantías de liquidez) facilitan que haya pujas por esas entidades, encareciéndose la operación. CatalunyaCaixa mantiene su intención de captar inversores privados, como NovaGalicia Banco, la otra entidad participada por el Frob, pero su integración en el grupo KutxaBank puede resolver sus problemas de capital.
Otra forma de crecer que se plantea KutxaBank es mediante algún tipo de operación con algunas de las cooperativas de crédito de Euskadi, Ipar Kutxa o Caja Laboral, como ha adelantado el diario Deia, muy próximo al nacionalismo vasco. Ipar Kutxa había iniciado una fusión con Bankoa, pero el grupo francés Crédit Agricole, que controla este banco, ordenó paralizar la operación, dentro de un plan de reducción de costes que implica el freno a operaciones internacionales. El director general de Ipar Kutxa, Carlos Osés, declaró entonces que la cooperativa de crédito vasca continuará analizando "sin prisas" otras opciones de alianzas o fusiones. El problema es que Ipar Kutxa aporta poco al objetivo de KutxaBank de doblar su actual dimensión en poco más de un año, ya que el volumen de activos está en los 3.500 millones de euros.
Sí aporta dimensión la Caja Laboral (su volumen de activos está en los 22.000 millones de euros), pero la entidad vinculada al grupo cooperativo Mondragón se ha situado al margen del proceso de concentración del sistema financiero. El hecho de ser una cooperativa no es un obstáculo: está el precedente de la fusión nonata entre Ipar Kutxa y Bankoa. Sí, que los empleados sean socios de la cooperativa de crédito, sobre todo de cara a posibles ajustes de plantilla derivados de la integración. También está el hecho del fuerte solapamiento de sucursales, especialmente en Guipúzcoa.
Una operación entre KutxaBank y Caja Laboral o Ipar Kutxa habría que entenderla en clave de consolidación del sistema financiero vasco. Y precisamente el presidente de BBK, Mario Fernandez, insiste en que esa nueva "vuelta de tuerca" en el proceso de reordenación de la banca debe hacerse con criterios económicos y financieros y "no simplemente por motivos políticos".** **Porque la experiencia ha demostrado que las fusiones "hechas exclusivamente por razones políticas han fracasado", como lo demuestra que el Frob tenga que ser el accionista mayoritario de tres uniones impuestas por el Gobierno autonómico de turno: Unnim, Catalunyacaixa y NovaGalicia Banco.
Una posible vía de crecimiento puede ser también una cooperativa de crédito de fuera del País Vasco, aunque su aportación en forma de volumen de activos sería reducida. Llama la atención que las tres cajas vascas han dado entrada en el capital de Norbolsa a la cooperativa de crédito catalana Caja de Ingenieros, con el 10%, a cambio de tres millones de euros. La operación es fruto del anuncio, realizado en febrero, de reducir su participación (sin perder el control) y permitir la entrada de nuevos socios en Norbolsa, tras la fusión. Caja de Ingenieros
Además de las posibles fusiones, KutxaBank potenciará el crecimiento orgánico de la antigua Cajasur en Andalucía, cuya integración terminará definitivamente en marzo.
Unos días antes que Mario Fernández, el presidente de Caja Vital, Carlos Zapatero, había asegurado que KutxaBank estudiará "con calma y tranquilidad" las posibles oportunidades de crecer mediante adquisiciones. El grupo analizará "con sumo detenimiento" las posibilidades de crecimiento que "el mercado pondrá sobre la mesa cara a efectuar adquisiciones". "Si existen oportunidades, se estudian y se adoptaría la decisión, pero con calma y tranquilidad, porque el mercado está absolutamente convulso", añade.