Para Braulio Medel, presidente de Unicaja, mantener al menos esa posición de liderazgo en el grupo inmediatamente posterior a las grandes entidades es una cuestión estratégica, casi de supervivencia. Y la mejor manera de consolidar ese puesto es integrar cuanto antes a Caja España Duero. Medel urge a Evaristo del Canto, el presidente de la entidad castellanoleonesa y vicepresidente ejecutivo del futuro grupo, a que la unión se haga efectiva lo antes posible del 31 de marzo. En enero, mucho mejor que en febrero.
El veterano presidente de Unicaja es perfectamente consciente de que hay varias entidades en venta, como la catalana Unnim o el Banco de Valencia, que van a provocar cambios en la clasificación del sector financiero, por lo que peligra la séptima posición de Unicaja España Duero. Braulio Medel también sabe que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quiere tener cerradas todas las adjudicaciones de grupos controlados por el Frob, también CatalunyaCaixa, antes de que finalice su mandato en julio. Y si quiere pretender participar en alguna adquisición, Unicaja España Duero tiene que haber avanzado en su integración.
Unicaja no logró una fusión con Caja Castilla La Mancha (CCM) ni con CajaSur, lo que hubiese evitado la intervención del Banco de España en las dos entidades, ni pudo sacar adelante ni el proyecto de caja única en Andalucía (CajaSol se integró en Banca Cívica, y Caja Granada, en BMN), más allá de la absorción de Caja Jaén. Tampoco logró la adjudicación de las cajas intervenidas en las correspondientes subastas: CCM pasó a CajAstur, integrada en Liberbank tras la ruptura del Banco Base que precipitó el derrumbe de la CAM; y CajaSur, a BBK. Su fórmula para ganar dimensión y superar esos fracasos fue la absorción de Caja España Duero, fruto de una fusión impuesta por la Junta de Castilla y León tras fracasar su proyecto de unir a todas las entidades de ahorro de la región (Caja Ávila y Caja Segovia se integraron en el Banco Financiero y de Ahorros/Bankia; Caja Burgos, en Banca Cívica; Caja Círculo, en Caja Tres). Medel supo jugar sus bazas ante las necesidades de capital de Caja España Duero, a la que el Banco de España prácticamente impuso su unión con Unicaja tras no salir adelante operaciones similares con BMN y otros grupos de cajas.
**Ventajas de la fusión **
Una de las ventajas de la fusión entre Unicaja y Caja España Duero es la gran complementariedad de sus redes de sucursales. De las 1.700 sucursales que suman ambas entidades, apenas hay un solapamiento de 70. Y tanto Unicaja como Caja España Duero ya han avanzado en el cierre de oficinas, para reducir su capacidad instalada, aminorar los costes y tratar de mejorar la eficiencia.
Así que el único escollo que queda para la integración entre Unicaja y Caja España Duero, que ya cuentan con sus respectivos bancos instrumentales para el negocio financiero, es el laboral. Los sindicatos han desenterrado el hacha de guerra cuando ha conocido el ajuste diseñado por el equipo de Braulio Medel y de Evaristo del Canto, que contempla la supresión de 1.800 puestos de trabajo durante los tres primeros años. Un impacto del 20% de la plantilla, que asciende ahora a 9.500 empleados (5.000 de Caja España Duero, pese a que desaparecieron 846 empleos en la fusión, y 4.500 de Unicaja).
La mesa laboral está abierta desde octubre y los responsables de Unicaja no quieren agotar el calendario de negociaciones, que se alarga hasta el 31 de marzo del año que viene y durante el que existe el compromiso de las dos cajas de no imponer medidas traumáticas de reducción del empleo.
El problema es que no salen las cuentas. Hay menos de un millar de empleados del grupo con más de 56 años (200 en Caja España Duero, 700 en Unicaja), cuyo futuro puede resolverse mediante prejubilaciones. Hasta los 1.800 previstos en el ajuste, faltan entre 800 y 900. Los sindicatos se temen que la destrucción de puestos de trabajo se va a cebar en los servicios centrales, donde actualmente trabajan unos 2.000 empleados.
El acuerdo de integración, cuya gestación fue tan laboriosa que tuvo que ejercer presión el Banco de España, contempla la sede central en Málaga, donde está la de Unicaja, y subsedes operativas en Ronda (Málaga), León y Salamanca, para respetar el origen de las entidades del grupo, y en Madrid.
El informe de una decena de páginas presentado por los responsables de Recursos Humanos de los dos bancos instrumentales, y bautizado como "Documento de Trabajo número 1", deja muy claro que "de los estudios de dimensionamiento óptimos se desprende que existe un excedente de en torno al 20%" de la plantilla, y que la supresión de esos 1.800 empleos es imprescindible para garantizar la viabilidad a medio y largo plazo de la fusión.
Pero el documento deja margen a la negociación: si se acepta una reducción salarial, en una proporción no fijada, de los empleados con mayor antigüedad, el número de bajas puede ser inferior. El grupo ofrece prejubilaciones con el 60% del salario, muy por debajo de lo que se ha planteado en otros ajustes del sector. También, bajas incentivadas a 30 días por año trabajado y un tope de 24 mensualidades. Además, reducciones de jornada y suspensiones temporales de contrato, reservándose la entidad la posibilidad de readmitir o no al empleado, lo que ha soliviantado a los sindicatos.
"Nos plantean inicialmente que se abriría un plazo para que la plantilla se acoja voluntariamente a estas medidas, pero si no se acoge, las cajas apelan al Estatuto de Trabajadores y están dispuestos a despedir a trabajadores por causas económicas, organizativas y productivas, lo cual sería un despido procedente", argumentan los representantes sindicales. Además, "también plantean movilidad geográfica y funcional obligatoria".