"Lo importante es que el Gobierno diga cómo tiene que producirse el saneamiento que se necesita y solo puede ser el de generar entidades potentes. Bienvenido el dinero público en cualquier cuantía, si las entidades que salen son potentes y pueden sobrevivir", argumenta Martín.
Tampoco recibió muchos elogios del presidente de la AEB la propuesta, que no aparece en el programa electoral del PP al menos de una forma explícita, sobre la creación de un banco ‘malo' que aglutine los activos tóxicos de las entidades: "Sólo es un instrumento para hacer algo" y "por sí mismo no sirve para nada".
Para Martín, no existe una única valoración matemática para los activos inmobiliarios y para el suelo en el balance de los bancos, y critica que se hayan puesto en duda las valoraciones llevadas a cabo por el Banco de España. "Hay diferentes procedimientos que se pueden escoger, no es que la valoración sea matemática, y eso es para cada uno de los activos. Usted tiene que confiar en el supervisor, y eso no se debió perder nunca. Si el Banco de España decía que esa era la valoración, ésa era, y nadie podía discutirla porque nadie tiene sus conocimientos" razona el presidente de la patronal bancaria, que fue subgobernador del supervisor.
Horas después, en un encuentro organizado por la Apie, un ‘cajero' coincidía con muchos de los argumentos expuestos por el ‘banquero' Martín en el Foro de la Nueva Economía. Para Manuel Menéndez, presidente y consejero delegado de Liberbank, reconocía que "hay un problema de concentración de riesgos" en el ladrillo. La exposición "problemática" (según los criterios del Banco de España) en el sector supone el 52% sobre el total comprometido con los promotores inmobiliarios. Del 11,4% sobre el total de créditos y adjudicados. Y el 5,2% sobre el activo consolidado total. Además. "el descenso del precio de las viviendas no parece haber tocado suelo", y la venta sigue descendiendo. En su opinión, el banco ‘malo' "es una vía de solución a parte de los problemas, pero no de todos", aunque cree que ayuda a sanear los balances y clarifica los activos tóxicos de la banca. Y tiene muy claro que el banco malo "es imposible si no está auspiciado por el Estado", pero que eso no significa "sacar las castañas del fuego a la banca".