Con la escalada accionarial en Repsol, Pemex cumple uno de los puntos del acuerdo de sindicación accionarial alcanzado con Sacyr, en el que los dos socios suman derechos de voto por el 29,5% de la petrolera.
En total, Pemex ha adquirido a través de la sociedad PMI Holding 57,2 millones de acciones de Repsol para elevar su participación, de las que 827.150 acciones fueron compradas el 13 de julio, antes de que se anunciara su acuerdo de sindicación accionarial con Sacyr.
La petrolera mexicana explica que los préstamos asumidos con las tres entidades le permiten financiar el 70% de la escalada accionarial en Repsol y se sustancian a través de un contrato de prepago a plazo variable conocido como 'Variable Prepaid Forward' (VPF).
Al margen de las ventajas fiscales de esta fórmula financiera, los VPF podrían permitir a Pemex obtener liquidez gracias a la inversión en Repsol y dedicar este dinero a otros fines. Al cabo de los tres años pactados, los bancos con los que ha suscrito el acuerdo tienen la posibilidad de hacerse con las acciones, en caso de que no se haya producido el reembolso.
Por otro lado, Pemex informa a la SEC de su situación en Repsol. "En respuesta al acuerdo de accionistas" de Pemex y Sacyr, "el consejo de administración de Repsol ha tomado acciones dirigidas a frustrar los efectos del acuerdo de sindicación. Pemex evalúa en la actualidad las opciones disponibles para responder a las medidas adoptadas por el consejo de Repsol", afirma.
FUNCIONAMIENTO DEL CONTRATO.
Los FPV consisten en un mecanismo mediante el cual los accionistas de una empresa cotizada en bolsa, en este caso Pemex, monetizan su posición gracias a un acuerdo de compra de acciones con un banco de inversión, según explica en su 'web' la agencia de recaudación fiscal del Gobierno estadounidense, la IRS.
El banco hace un pago por adelantado, en general entre el 75% y el 85% del valor de mercado de las acciones, y a cambio el inversor se compromete a entregar un número variable de acciones al vencimiento del acuerdo. Por lo general, el FPV incluye una opción de pago en efectivo que evita que, en el momento del vencimiento, haya que entregar acciones al banco.
Estos VPF no son estrictamente una venta de acciones y permiten al inversor, al menos en un primer momento, hacerse con dinero en efectivo sin necesidad de pagar los impuestos asociados a eventuales ganancias de capital relacionadas con una desinversión convencional.
BÚSQUEDA DE LIQUIDEZ.
No es la primera vez que Pemex suscribe instrumentos financieros relacionados con las acciones de Repsol. En 2003 emitió bonos canjeables equivalentes a su 4,8% en la petrolera por un valor en aquel momento de 1.400 millones de dólares (1.021 millones de euros al cambio actual).
Pese a convertir en deuda la inversión, Pemex mantuvo tanto los derechos políticos como el derecho a recibir dividendos durante el periodo en el que estuvieron en vigor los bonos, esto es, hasta 2008, cuando procedió a su amortización.
Esta emisión se realizó en su día con el objetivo de proporcionar liquidez a la petrolera mexicana para financiar sus proyectos de exploración y producción.