La cotización de Rovi fue excesivamente castigada en la primera mitad de mayo, tras defraudar las expectativas del mercado el resultado de los ensayos clínicos de la Bemiparina en tratamientos de úlceras de pie diabético, lo que determinó que varias firmas de análisis rebajasen su consejo y precio objetivo. Así, el valor sufrió un fuerte retroceso -su cotización llegó a perder los 4 euros-, que está mitigándose en las últimas semanas en las que ha recuperado ya la zona de los 5 euros, pues comienza a extenderse la impresión de que efectivamente el mercado sobrerreaccionó, provocando una corrección excesiva.
Además, los resultados semestrales del grupo han reflejado un panorama diferente al que descontaba el mercado. Su beneficio neto semestral fue de 18,9 millones de euros, superando en más de dos veces los de un año antes, igual que sucedió con el Ebit (resultado neto de explotación) que ascendió a 20,3 millones, frente a los 9,1 millones del año anterior, lo que se explica por la puesta en marcha del acuerdo estratégico con MSD.
Los ingresos operativos se incrementaron en un 20%, hasta los 72,7 millones de euros, gracias a la fortaleza de su negocio de especialidades farmacéuticas, que creció un 14%, y al citado acuerdo con MSD que elevó en un 39% la fabricación para otras marcas. En consecuencia, ciertos administradores patrimoniales consideran que la evolución de sus negocios no ha sufrido el impacto que se temió como consecuencia de las medidas para racionalizar el gasto farmacéutico, por lo que estiman que los resultados del ejercicio van a superar previsiones y sus ingresos podrán crecer, por lo menos, en torno a un 15%. Las acciones de la compañía terminaron ayer en 5,09 euros, con un castigo en el año del 32%. En los peores momentos de junio, cuando operó a 3,70 euros, su caída acumulada en el año llegó a representar un 51%.