A este avance han contribuido la liberalización emprendida en el mercado de las telecomunicaciones y las fronteras físicas, que han limitado poderosamente el despliegue de una tupida red de telefonía fija en la región, que en 2009 sólo llegaba al 18,6% de la población.
Sin embargo, puede decirse que las dificultades geográficas han impulsado la implantación de la tecnología móvil hasta alcanzar casi una cobertura universal en un tiempo récord. Los principales mercados, Brasil, México y Argentina, suman un total de alrededor de 300 millones de usuarios, destacando los 170 millones de Brasil, donde Telefónica de España proyecta incrementar su presencia con la reciente oferta de compra de la operadora local Vivo, seguido de los 83 millones del mercado mejicano y de los 49 millones del argentino.
En el período 2000-2009 el ritmo de crecimiento de la telefonía móvil en la región ha sido del 26 por ciento de media anual, si bien en algunos países como Cuba, Honduras y Ecuador llegó casi a duplicarse. En Cuba, por ejemplo, rozó el 60 por ciento, pero se trata de casos aislados que partían de unos índices de penetración sensiblemente inferiores a la media.
El país que registró mayores avances en 2009 fue El Salvador, con 1.228 móviles por cada 1.000 habitantes, en contraste con los 1.217 y 876 de Argentina y Brasil, respectivamente. En el Salvador y Guatemala la contratación de una línea de móvil es más barata que una fija tras la liberalización de sus respectivos sectores de las telecomunicaciones.
En contraste con el espectacular despegue de la telefonía móvil, la fija ha experimentado tasas más moderadas de crecimiento, del entorno del 2,5% entre 2004 y 2009, frente a un promedio del 24% anual en la móvil durante el mismo período, y ha ido perdiendo competitividad de forma creciente. Incluso en países como Colombia y Jamaica ha perdido cuota frente al predominio de la móvil. En algunas áreas este desplazamiento ha sido inevitable por factores geográficos, como en las regiones andinas o selváticas, donde instalar una infraestructura de telefonía fija conlleva unos costes muy elevados en el mejor de los casos porque en otros los desafíos son casi insalvables.
Las proyecciones que manejan algunos especialistas son que Latinoamérica modere el ritmo de crecimiento en los próximos años, estimándose una tasa de alrededor del 8 por ciento para este año, por debajo de casi el 11% del pasado ejercicio, como resultado de la madurez de los principales mercados de telefonía móvil. Para 2020, se estima que las suscripciones en la región alcancen una ratio de 1.170 por cada 1.000 habitantes y en algunos países habrá un número considerable de clientes que dispondrán de más de un teléfono móvil en uso.
Por ejemplo, en Brasil se calcula que podría haber unos 260 millones de usuarios, en México 135 millones y en Colombia unos 61 millones. La estrategia de las compañías previsiblemente dará prioridad a los segmentos de clientes con menores ingresos, a la implantación de la banda ancha y de la tecnología 3G, y a países como Argentina, Chile y México donde existe aún un considerable margen adicional de penetración.