El primer paso para la "restructuración pacifica" del accionariado de Galp fue dado hace pocos días por Américo Amorim, que se hizo con un 4,5% adicional de la petrolera en manos de Caixa Galicia. En concreto, lo que hizo Amorim fue quedarse con el control total del holding Investimentos Ibéricos, que controla indirectamente un 10% de Galp y donde la caja gallega tenía una participación del 45%. A finales del 2007, Caixa Galicia ya había vendido un 3,5% de Galp, y con esta última operación realiza una plusvalía de 156,8 millones de euros. La pieza principal del puzzle montado por Amorim y sus socios para concentrar 33,34% de Galp, es Amorim Energia BV: la petrolera publica angoleña Sonangol tiene un 45%, controlando de este modo un 15% de Galp, mientras que la participación indirecta de Amorim, tras la operación con Gaixa Galicia, pasó del 13,5% al 18%, sin afectar el equilibrio accionarial de la petrolera.
Lo que si podría ya cambiar el actual equilibrio de fuerzas en Galp, es la quinta y última fase de privatización de la petrolera, donde el Estado mantiene aún una participación del 7%, que tiene un valor de mercado de 700 millones de euros. El gobierno luso necesita urgentemente ingresos extraordinarios para hacer frente al déficit y a la deuda, y tiene previsto realizar la operación los próximos meses, pero sin poner a prueba la "estabilidad accionarial" de la compañía. Una "estabilidad" garantizada hasta finales del año, que es cuando expira el "pacto para social " que los accionistas de referencia firmaran en el 2005, por un plazo de cinco anos, durante lo cual se comprometieran a no alterar sus participaciones sin el consenso general.
Y es aquí donde entra ENI, cuyo presidente Paolo Scaroni ya advirtió hace meses que lo que de verdad interesa al grupo italiano no es mantener su participación minoritaria del 33,34%, sino hacerse con el control total de la petrolera lusa. Sin embargo, esta opción no tiene visos de prosperar: la idea de ver a Galp pasar bajo control italiano es rechazada por las autoridades lusas, lo mismo que los restantes accionistas, principalmente Américo Amorim, que está dispuesto a quedarse directamente con la participación de ENI, al margen pues de Amorim Energia BV, que tendría pues los días contados. Sonangol también manifestó su interés por la participación de ENI, pero de momento, ante la oposición de los restantes accionistas y de las autoridades y a la espera de futuros desarrollos, solo aspira a consolidar su posición.
Sin embargo, la "solución Petrobras" es la que tiene mayores posibilidades de salir adelante. Tendría a su favor el apoyo del presidente brasileño Lula da Silva y del primer ministro luso José Sócrates, que ya hablaran de la operación; ambos grupos tienen intereses en común en la exploración y en la explotación de petróleo en Brasil y igualmente en el desarrollo y distribución de carburantes verdes (el "green diesel"); y la entrada en Galp abriría a la petrolera brasileña las puertas de la Península: Galp controla un 15% de la red ibérica de gasolineras (840 en Portugal, 610 en España), un 17% del mercado del gas natural (900.000 clientes en Portugal, 420.000 en España) y alimenta ambiciones en el sector eléctrico.
Es probable, además, que la restructuración del accionariado de Galp desemboque en una operación aún más ambiciosa, triangular, entre Lisboa, Brasilia y Luanda. Por lo menos el presidente de Sonangol, Manuel Vicente, deja entender que la alianza con Amorim ya no tendrá lo mismo interés tras la salida de ENI del capital de Galp. Así, lo que la petrolera angoleña plantea en Galp, que desarrolla también importantes proyectos de exploración y producción de petróleo en Angola, es tener una participación activa en la gestión y en la estrategia de la petrolera, y Manuel Vicente está convencido de que cuando llegue el momento Sonangol será llamado a negociar el tema directamente con Galp y Petrobras.
No obstante queda aún margen de maniobra para operaciones de otro calibre, como aquellas que estuvieran al orden del día en el verano y a finales del 2008, cuando se especuló sobre la fusión de Repsol y Galp. Sócrates llegó inclusive a hablar del tema con Zapatero. Lo que se planteaba, era la consolidación del sector energético, a través la creación de una gran petrolera ibérica, por las sinergias, la competitividad, etc. y más aun como estrategia de defensa contra una eventual "invasión rusa". Se rumoreaba que la petrolera Lukoil tenía la mirada puesta en Repsol, mientras que Amorim maniobraba en la sombra para acercar Gazprom a Galp, hasta que fue frenado en seco por el "veto" de Sonangol y del gobierno.
Lo cierto es que la idea de ver a Galp ponerse al ritmo del samba o del flamenco, no asusta las autoridades lusas. El "patriotismo económico" se lleva poco en Portugal, que tiene en Sócrates un gran defensor de la inversión extranjera, y más aún si viene de "países hermanos" como Brasil y España. La cementera Cimpor, dueña de la gallega Corporación Noroeste y que figura entre las diez más importantes del Mundo, es buena prueba de ello: tras la salida de la multinacional cementera gala Lafarge (17,3%) del accionista de referencia luso Teixeira Duarte (22,9%) del español Bidaposa (6,5%), etc., ahora son las dos mayores cementeras brasileñas Votorantim y Camargo Corrêa que tienen prácticamente garantizado el control de la lusa.
Además de las muy buenas noticias provenientes de Brasil y de Angola, relacionadas con la las actividades de exploración y de producción de petróleo, los mercados ya están descontando también la próxima y inevitable reestructuración del accionariado de Galp. Tanto es así que la petrolera presidida por Ferreira de Oliveira hizo "historia" el pasado viernes en la bolsa de Lisboa: Galp se puso como líder en capitalización, con 9.900 millones de euros, ligeramente por encima del gran rival EdP, que llevaba ya dos años de lideranza. Y lo mejor es que pese a los modestos resultados del 2009 (le beneficio neto de 213 millones de euros representa la mitad del obtenido en el 2008), los analistas pronostican que la acción de Galp alcanzará pronto los 17,00 euros, lo que representa un 42% más que el valor actual.