Una de las voces críticas responsabilizará al BBVA "de financiar la guerra" a través de sus participaciones accionariales del 65,69% en Rymsa y del 40% en Inmize, "ambos fabricantes de material bélico". También reprochan al banco su vinculación a la Compañía Española de Seguros de Crédito y de Exportación (Cesce), que "financia exportaciones de armas". En una durísima intervención, otro representante explicará que el beneficio obtenido por el BBVA "está manchado de sangre, porque proviene de la financiación de la fabricación de armas", y también "está contaminado, porque envenena y destruye los ecosistemas a través de los proyectos que avala".
La plataforma también denunciará las políticas laborales del BBVA, que "hacen aguas en diferentes puntos, desde las desigualdades en materia de género, hasta las condiciones de precarización, especialmente para trabajadores de América Latina".
Los sindicatos, por su parte, insistirán en la contradicción existente entre que el BBVA obtenga, en plena crisis, un beneficio de 5.260 millones de euros, aunque sea inferior al de 2008, y que su presidente reclame que la situación "exige el esfuerzo, el sacrificio y la implicación de todos". Especialmente, cuando las diferencias salariales "abren una brecha que deja en evidencia sus palabras", como destacará un portavoz de la plataforma. Ésta y los representantes de los trabajadores coincidirán en que FG cobró en 2009 una remuneración total de 5,32 millones de euros, y en que el anterior consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, dejó el banco percibiendo una pensión vitalicia de tres millones de euros anuales. Una cantidad que empalidece con los "casi 80 millones de euros" que recibirá por su jubilación Francisco González, cuando ésta llegue algún día.
Además de estas intervenciones críticas, y las que se esperan de algunos accionistas, el orden del día de la junta general de accionistas del BBVA contempla la reelección de Francisco González como presidente y Ramón Bustamante e Ignacio Ferrero como consejeros independientes. También deberá ratificarse a Ángel Cano como consejero delegado, en sustitución de Goirigolzarri. Junto a las cuentas anuales y al informe de gestión, los accionistas deberán aprobar la propuesta de dividendo.
Especial atención se prestará al programa de retribución variable plurianual en acciones para los ejercicios 2010 y 2011 que, según el BBVA, "suprime las indemnizaciones por cese para los consejeros ejecutivos, reduce sus obligaciones en materia de pensiones y congela su salario fijo, reduciendo sus retribuciones variables y adaptando sus sueldos al actual entorno de crisis internacional". El banco precisa que se han suprimido las tres posibles indemnizaciones para consejeros ejecutivos que existían: la del presidente, de 94 millones de euros; la del consejero delegado (que ya no está en el banco), de 69 millones; y la del secretario general, José Maldonado, que se ha prejubilado aunque se mantiene en el consejo como independiente, y que ascendía a 15 millones. El BBVA cuantifica el teórico ahorro en 178 millones.
Además, el Comité de dirección del BBVA se ha reducido casi un 14,5% su retribución en 2009 con respecto al año anterior, ya que pese a contar con un miembro más sus salarios fijos han pasado de 6,8 millones en 2008 a 6,2 millones el pasado año, mientras que los variables han bajado de 13,3 millones a 10,8 millones. Esto significa que de una retribución total de 20,1 millones en 2008 se ha pasado a 17 millones en 2009.
Desde el cierre del pasado año no existen compromisos de pago por indemnizaciones a los consejeros ejecutivos por ceses sin justificar. En el caso de Ángel Cano, que accedió al cargo en septiembre sustituyendo a José Ignacio Goirigolzarri, se mantiene el esquema de jubilación anticipada estándar del banco (un 75% del salario pensionable antes de cumplir 55 años y un 85% después de esa edad).