Monitor de EE.UU.

Los Gobiernos pa­ra­lizan las ventas de sus re­ser­vas, lo que con­tri­buye a la subida del precio

El metal amarillo sigue siendo el rey

El oro, re­fugio de los in­ver­sores más des­con­fia­dos, se di­rige a los 1.500 dó­lares

Oro y lingotes.
Oro

El oro se con­firma una vez más como una al­ter­na­tiva in­ver­sora en tiempos de cri­sis, cuando los in­ver­sores buscan un re­fugio se­guro y ren­table para su di­nero. La de­manda del metal no ha pa­rado de crecer desde antes in­cluso de que apa­re­cieran los pri­meros sín­tomas de la crisis fi­nan­ciera, en ve­rano de 2007, pero ahora el sen­ti­miento ge­ne­ra­li­zado entre los ana­listas es que la ten­dencia sigue siendo al­cista y a ello es­ta­rían con­tri­bu­yendo no solo la de­bi­lidad del dólar y la in­cer­ti­dumbre sobre la cri­sis, sino, tam­bién las con­di­ciones mo­ne­ta­rias creadas para com­ba­tirla. En con­creto, al­gunos es­pe­cia­listas señalan a los bajos tipos de in­terés im­pe­rantes tanto en Estados Unidos como en Europa, en ni­veles pró­ximos a cero, y a la po­lí­tica de los bancos cen­trales de se­guir acre­cen­tando sus re­servas de oro y de pa­ra­lizar las ven­tas, lo que sig­ni­fica que el mer­cado cuenta cada año con al­re­dedor de 400 to­ne­ladas menos de oro y sin que jo­yeros e in­ver­sores puedan atender sus ne­ce­si­da­des, que en el se­gundo tri­mestre as­cen­dieron a unos 40.000 mi­llones de dó­la­res, un 77% más, según el Consejo Mundial del Oro.

Durante el segundo trimestre, cuando se produjo la crisis de la deuda europea, el metal amarillo llegó a alcanzar los 1.260 dólares la onza, por un incremento de la demanda del 36% hasta las 1.050 toneladas, aunque por debajo de las 1.207 toneladas compradas en el tercer trimestre de 2008 y las 1.073 en el cuarto trimestre del mismo año. Solo las compras realizadas por inversores, tanto individuales como institucionales, aumentaron casi el doble en el segundo trimestre hasta superar las 530 toneladas, desde las 245 en el mismo período del año anterior. La explicación a este importante aumento, según los especialistas, es que los inversores quieren cubrirse de posibles pérdidas comprando volúmenes significativos de oro.

La revalorización del metal amarillo ha generado que numerosos fondos de inversión cotizados lo incluyan en sus carteras para mejorar su rentabilidad y poder atraer nuevos clientes. Los fondos compraron casi 300 toneladas en el segundo trimestre, la segunda mayor cifra histórica. El total de las tenencias en manos de dichas instituciones se calcula en más de 2.000 toneladas, equivalentes a casi 82.000 millones de dólares. Por el contrario, el consumo mundial de joyas descendió un 5 por ciento interanual, si bien en términos de dólares aumentó un 23 por ciento.

El rally que registra el metal amarillo, que, según Soros, desembocará en una burbuja, está llevando a los especialistas a hacer todo tipo de conjeturas sobre su evolución. Para algunos, que sustentan sus pronósticos ajustados de la inflación, el oro bien podría tocar los 7.000 dólares en el futuro con unas tasas de inflación normales. En opinión de Egon von Gruyerz, fundador de una compañía que custodia oro, GoldSwitzerland.com, el precio máximo alcanzado por el oro en 1980 equivaldría a 7.200 dólares de hoy, ajustado de la inflación real.

Según sus cálculos, si la inflación llegara a representar una amenaza, lo que de momento no parece probable, el oro aún subiría más. Para von Gruyerz lo que está viviendo el metal amarillo no es una burbuja, sino que simplemente está sobrecomprado, y prevé un precio de entre los 5.000 y los 10.000 dólares la onza en pocos años. En su opinión, es una escalada imparable mientras los Gobiernos -- afirma -- sigan llevando políticas que están deteriorando el valor del papel moneda, como el dólar, del que anticipa que acabará desplomándose. "De alguna manera el oro es una materia prima, pero hoy por hoy es dinero".

 

 

 

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