Monitor de EE.UU.

Contratará a mil per­sonas para abrir una nueva línea de ne­gocio al de­talle

Bank of America baja a la calle

El sím­bolo de la banca nor­te­ame­ri­cana entra en el mundo de la me­diana y pe­queña em­presa

Bank of America
Bank of America

El uni­verso fi­nan­ciero es­ta­dou­ni­dense sigue vi­viendo su pe­cu­liar trans­for­ma­ción. Ahora, una de sus grandes es­tre­llas, sím­bolo de otra época bien dis­tinta a la ac­tual, Bank of America, dice que se va a ocupar de las pe­queñas y me­dianas em­presas pro­por­cio­nán­dolas fi­nan­cia­ción y ser­vi­cios ban­ca­rios. Lo que en Europa es una ac­ti­vidad tí­pica del ne­gocio de la banca, en Estados Unidos re­sulta ser una no­vedad dados los es­casos vínculos entre los grandes bancos y la eco­nomía real, o como gusta decir allí, " Main Street ". La ini­cia­tiva sigue fiel­mente el men­saje de­fen­dido por la Casa Blanca de que la banca eche una mano a los pe­queños y me­dianos em­pre­sa­rios, cuyo ac­ceso a fi­nan­cia­ción está muy res­trin­gido por la con­trac­ción del cré­dito.

El Bank of America, primer banco de EEUU,  prevé contratar a unas 1.000 personas durante el próximo año para que desarrollen el nuevo negocio y diseñen productos dirigidos, entre otros, al pequeño comercio de ciudades como Washington o Los Ángeles. En un principio, la entidad se propone aumentar en 5.000 millones de dólares las líneas de crédito disponibles para este año, un compromiso que adquirió con la Casa Blanca el año pasado durante un encuentro de Obama con los grandes del sector financiero, a los que pidió que echaran una mano a los empresarios pequeños, ahogados por la congelación del crédito y abocados a ir a la ruina y sus empleados a la cola del paro.

Según datos del colectivo de PYMES, el sector crea la mitad del empleo privado de Estados Unidos, con un crecimiento del 64 por ciento en los últimos 15 años.  La nueva sensibilidad del BofA hacia la economía real la ha justificado el banco en que "todo lo que podamos hacer para  crear más certidumbre económica tendrá un efecto positivo".

Desde que empezó la crisis financiera, la financiación a las pequeñas empresas estadounidenses no ha hecho más que reducirse. Según las cifras más recientes de la Federal Deposit Insurance Corp (el quivalente al Fondo de Garantía de Depósitos), la contracción fue de casi un dos por ciento interanual, aún cuando los bancos arrojaron unos beneficios de casi 22.000 millones de dólares. Concretamente, el Bank of America acaba de anunciar sus resultados del tercer trimestre del ejercicio con unas pérdidas de 7.300 millones de dólares (5.220 millones de euros), tras provisionar  10.400 millones de dólares, en parte por quebrantos en su cartera de deuda. La entidad ha sido la primera en realizar un escenario con el impacto de la reforma financiera aprobada en julio, incluyendo a su filial de banca de inversión Merrill Lynch.

El Congreso estadounidense aprobó recientemente una ley que se propone facilitar a las pequeñas empresas el acceso al crédito y que incluye incentivos para la contratación de empleados. Otros grandes bancos también se han comprometido a incrementar la financiación, como JP Morgan Chase, que ha destinado 4.000 millones de dólares.

La disponibilidad de los nuevos recursos que la banca ha puesto a disposición de las PYMES estadounidenses han sido bienvenidos por el sector, pero la realidad es que según cifras de éste, el 40 por ciento de los pequeños empresarios no utiliza nunca el crédito bancario, pero es que además la caída del consumo privado no ayuda al pequeño comercio a endeudarse. Todo ello explicaría la estrategia del BofA de no centrarse exclusivamente en habilitar créditos, sino también en ofrecer servicios de contabilidad o de gestión de caja.

El banco cuenta con alrededor de 4 millones de PYMES clientes, lo que significa una cuota del 12 por ciento. Los responsables de la entidad financiera han subrayado que la crisis se ha llevado por delante a numerosas pequeñas empresas porque el banco carecía del personal adecuado para dedicarse a este segmento de clientela. Ahora, con este nuevo foco, el primer banco estadounidense refuerza su estrategia de aumentar sus ingresos con la expansión de sus productos dirigidos a su actual clientela, en lugar de incrementarla, debido al nuevo entorno regulatorio.

 

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