El consumo de cocaína sube en la City por la depresión y el estrés

El temor al paro eleva el es­trés de los bro­kers

Consumo de cocaína
Consumo de cocaína

La crisis fi­nan­ciera está in­fli­giendo se­rios daños co­la­te­rales en el dis­trito fi­nan­ciero lon­di­nense. El con­sumo de drogas entre la se­lecta co­mu­nidad que tra­baja en la City se ha dis­pa­rado por el 'estresante' temor a perder el em­pleo, una po­si­bi­lidad real en un sector donde el re­corte de per­sonal ha sido muy in­tenso desde el inicio de la re­ce­sión. Especialistas en el tra­ta­miento de dro­go­de­pen­den­cias cal­culan que en los úl­timos meses el nú­mero de per­sonas que tra­bajan en la City y buscan ayudan para su­perar su adic­ción al al­cohol o a la co­caína ha au­men­tado un 25%. "Tiene mucho que ver con el en­torno eco­nó­mi­co", afirma un mé­dico.

El sector de servicios financieros del Reino Unido ha perdido en el primer cuatrimestre del año 20.000 empleos, de los que 4.500 corresponden solo a Royal Bank of Scotland, según el sindicato Unite, el sedicente mayor del país. La caída del negocio financiero y las cuantiosas pérdidas  sufridas por algunas entidades de dimensión global, que han necesitado ser intervenidas para eludir la quiebra, como Bank of America o Citigroup, han originado una crisis laboral en el sector de dimensiones desconocidas desde los años 30. En Wall Street, tras varios años de rápido crecimiento, basado sobre todo en el trading de activos tóxicos garantizados con hipotecas de alto riesgo, la contracción ha sido más traumática si cabe. Desde julio de 2007, cuando aparecen los primeros síntomas de la crisis sistémica que se desataría en los meses siguientes, el sector financiero  estadounidense ha prescindido de más de 186.000 empleados, según Bloomberg News. Solo Bank of America ha despedido a 11.500, mientras que Merrill Lynch a 5.729.

En este entorno, el miedo a ser el próximo despedido provoca ansiedad entre los empleados, que llegan a rozar la histeria ante situaciones interpretadas de mal augurio, como una caída de la carga de trabajo. Cualquier signo que pueda verse como un indicio de causa de despido o de recorte salarial provoca tal estado que algunos no lo soportan y buscan una salida en el consumo de drogas o  alcohol. "Hay que tener en cuenta que muchas de esas personas tienen elevados estándar de vida", señala un especialista médico.

Según el director de la Priory Clinic, Neil Brener, que ha tratado a muchos famosos de adicción a las drogas, los empleados de la City son los que más sufren de consumo de cocaína. "Tienen un empleo de elevada presión y a menudo comienzan la jornada laboral consumiéndola, más que un sistema de premio es un sistema que les permita aguantar situaciones de alta tensión", manifestó en una comparecencia en el Parlamento británico. "La verdad es que las personas que trabajan en el sector financiero es más probable que acaben teniendo problemas".

 Con los datos del ministerio de Interior, Gran Bretaña es el país de la Unión Europea de mayor consumo de cocaína, con un 3 por ciento de la población entre los 16 y los 59 años que reconoce haberla consumido el año pasado, la tasa más alta desde que se empezó a elaborar la estadística en 1996, lo que equivale a alrededor de un millón de personas. Paralelamente, cuanto más crece el número de consumidores menor es la pureza de la droga.

Según el fundador del centro de rehabilitación Life Works, la ansiedad y la depresión son las principales causas del abuso de drogas, y ambas han abundado en la City en los últimos doce meses. "A muchos banqueros, abogados y consultores, acostumbrados a trabajar duro y a estar por encima de otras categorías sociales, les lleva tiempo aterrizar".

Cabe esperar que la anunciada mejora de la economía británica pueda hacer bajar las estadísticas de consumo de drogas en el Reino Unido, pero en Life Works son escépticos al menos a corto plazo.

 

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