El relevo en Caja Madrid podría relanzar Sos

Después de un des­pegue del orden del 30%, las ac­ciones de Sos Corporación Alimentaria no ter­minan de de­finir una ten­den­cia, lo que ha ex­ten­dido la im­pre­sión de que su re­punte fue pro­vo­cado por cie­rres de po­si­ciones cor­tas. Una idea que gana adeptos ante la len­titud con la que ac­túan los res­pon­sa­bles de la com­pañía, quienes to­davía no han rea­li­zado la am­plia­ción de ca­pital anun­ciada meses atrás, que pa­recía la fór­mula más rá­pida de pa­liar el grueso de los des­equi­li­brios con­ta­bles.

No obs­tante, mu­chos ac­cio­nistas mi­no­ri­ta­rios creen que los ac­tuales res­pon­sa­bles no han sa­bido trans­mitir con­fianza y sólo el re­levo en la cú­pula de Caja Madrid, su prin­cipal ac­cio­nista, po­dría pro­por­cionar al grupo un nuevo im­pulso. Estiman que, con la lle­gada de Rato, se ponga en marcha un plan es­tra­té­gico y se des­pejen las in­cóg­ni­tas, pues se des­co­noce la evo­lu­ción de la com­pañía, si será pre­ciso rea­lizar nuevas pro­vi­siones y cuál es la es­tra­tegia ju­di­cial. Un sector de in­ver­sores confía en el po­ten­cial del grupo, que man­tiene una cuota del mer­cado de aceite de oliva del orden del 20% y posee marcas lí­deres de ventas en va­rios de los mer­cados in­ter­na­cio­nales más in­tere­san­tes.

Indudablemente, los agujeros que provocaron en sus cuentas los anteriores administradores han deteriorado sensiblemente la marcha de la compañía, que ha entrado en pérdidas, fundamentalmente como consecuencia de las provisiones.

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