En 2007 tenía asegurados 106.043 vehículos oficiales. Y en 2006, 104.996. Llama la atención que, aunque aumenta el número de vehículos oficiales asegurados, baja el porcentaje de los que contratan Responsabilidad Civil voluntaria: 39,8% en 2006, 39,6% en 2007 y 38,9% en 2008. Cosas de la crisis.
"Respecto a la contratación directa de la responsabilidad civil del Estado, comunidades autónomas, corporaciones locales y organismos públicos, la cartera continúa siendo, como siempre, muy estable y con un ligero incremento en los últimos años. En la misma proporción se incrementan los ingresos", señala el informe del Consorcio de Compensación de Seguros de 2008.
Pero "el incremento de la siniestralidad con estabilidad de primas ha conducido a un resultado técnico negativo, que obligará al Consorcio a estar atento en el futuro a la evolución que registre esta magnitud, que ha empeorado en un 3% con respecto al ejercicio precedente", insiste la Memoria. El director general del Consorcio de Compensación de Seguros, Ignacio Machetti, reconocía a CapitalMadrid que hay casos de siniestralidad del 20% sobre primas en 2008.
El número de expedientes registrados es de 13.764 en 2008, frente a los 12.826 de 2007 y los 12.608 de 2006. El porcentaje de expedientes registrados sobre la cartera media es del 12,9%, cuando en 2007 era el 12,2% y en 2006, el 12,1%.
Claro que se conduce con pólvora del Rey, y eso facilita que al menor roce el vehículo oficial vaya al taller. Más siniestralidad. Más costes. Mayores pérdidas para el Consorcio de Compensación de Seguros, que asegura a los vehículos de la Policía, Guardia Civil, tres comunidades autónomas, varios ayuntamientos y la práctica totalidad de la Administración del Estado. Ha perdido, no obstante, al Ministerio de Defensa, que suponía nada menos que el 27% de la cartera.
Además del atractivo precio de la póliza, los organismos públicos cuentan con un aliciente más para asegurar el vehículo oficial en el Consorcio: un sistema de contratación online que permite a través de Internet suscribir pólizas (y darlas de baja), consultar la situación de la cartera de seguros de cada entidad, facilita las modificaciones en la póliza y la consiguiente emisión de suplementos, entre otras prestaciones.
En definitiva, los vehículos oficiales van sobre ruedas gracias al Consorcio de Compensación de Seguros, que se hace cargo de la factura de unos chóferes que pisan con garbo el acelerador.