DESDE EL PARQUET

Santander, una inversión a largo plazo, podría hacerse con el 100% del Sovereign

Enagás, en puertas de mí­nimos

Los in­ver­sores es­timan que el Santander está asu­miendo ex­ce­sivos riesgos en estos mo­mentos en los que to­davía no está claro cuál será el im­pacto de la crisis sub­prime en el sis­tema. Un sen­ti­miento que en realidad es sólo con­se­cuencia de la buena imagen que tiene la en­tidad que pre­side Emilio Botín, lo que hace que apa­rezca como hi­po­té­tica com­pra­dora en todas las ope­ra­cio­nes. Muchos ex­pertos mi­ni­mizan el hun­di­miento que tu­vieron ayer los tí­tulos del Sovereing en Estados Unidos, ya que la in­ver­sión del Santander se con­si­dera a largo plazo que, ade­más, po­dría apro­ve­charse por Emilio Botín para ha­cerse con el 100% del banco nor­te­ame­ri­cano

En cualquier caso, tras su última incursión en el Reino Unido con los activos adquiridos del Bradford & Bingley ,el grupo cántabro ha alcanzado su objetivo, ya que su cuota de mercado en dicho país supera el 10%. La afirmación que realiza la dirección del grupo de que la adquisición de estos activos incrementará sus resultados en un 0,3% en 2009, en un 0,04% en 2010 y en un 0,6% en 2011, ha sido interpretado como un dato nada representativo en los momentos actuales. No obstante, lo cierto es que se trata de uno de los grupos bancarios europeos con ingresos más diversificados, una estructura de bajo coste y con activos de menor riesgo, unas características que hacen que figure en la lista de valores más recomendados a largo plazo. Además, ofrece ya una rentabilidad por dividendo cercana al 6,5%.

Las acciones de Enagás pierden en el ejercicio un 22,93%, frente al 27,9% que retrocede el Ibex 35. La crisis financiera se ha trasladado a la economía real y las expectativas de que se incremente el enfriamiento económico castigan las cotizaciones de las empresas. Así, los títulos de Enagás se ven afectados, por una parte, por las ventas de inversores que precisan liquidez indiscriminadamente y, por otra, por la salida de papel de ahorradores que temen que la situación genere fuertes caídas en su mercado y se ponga en peligro el cumplimento de los objetivos del plan estratégico. Expectativas estas últimas que desde luego no contemplan ni la compañía ni la mayoría de los analistas, quienes barajan incrementos para el beneficio de 2008 de entre el 8,5% y el 11%, siendo curiosamente más optimistas con los resultados de 2009. Por lo pronto las inversiones previstas para el ejercicio en curso se están cumpliendo a rajatabla, un punto decisivo para determinar el aumento del beneficio. A pesar de todo, la cotización sigue bajista y, según la situación de sobreventas que refleja, parece dispuesta a establecer nuevos mínimos en la zona de 17,86 euros.

Artículos relacionados