La ausencia este año nada ha tenido que ver con la decisión del verano pasado de no incorporarse al despacho en los primeros días de agosto, cuando se produjo el primer problema grave de liquidez en el sistema financiero internacional. Medios del sector financiero no entendieron bien la justificación de Fernández Ordóñez, que pospuso su incorporación hasta que finalizaron las vacaciones.
En esta ocasión ha subido el tono de la preocupación sobre el alcance de la importancia de la operación, porque se ha conocido después de que otra entidad financiera, el Banco Popular, diera a conocer la necesidad de sustituir a su consejero delegado, José María de Lucía, por razones de salud.
El debate sobre la necesidad/obligación o no de dar a conocer el estado de salud de los hombres públicos y gestores de entidades que cotizan se ha agudizado tras plantear el diario Financial Times una consulta entre expertos para recabar su opinión. La generalidad de quienes respondieron, desde profesores y consultores a periodistas, considera que en este caso es un hecho relevante y los accionistas lo deben saber.