Esas declaraciones provocaron de entrada una caída del 14% en la Bolsa de Nueva York a las acciones del principal grupo de seguros de vida de Estados Unidos, Metropolitan Life (MetLife), que se apresuró a lanzar un breve y lacónico comunicado en el que afirmaba que esas declaraciones "no se aplican a MetLife". Esta compañía estadounidense fue, hace algunos años, socia del Banco Santander, cuando crearon en España Seguros Génesis, aseguradora que más tarde venderían a la estadounidense Liberty.
AIG ha iniciado su particular plan de salvamento para devolver los 61.000 millones de dólares (más de 44.300 millones de euros) que había recibido como préstamo al finalizar el pasado mes de septiembres para superar sus problemas de liquidez y salvarla así de la bancarrota. La aseguradora estadounidense -según ha expresado su presidente y consejero delegado de AIG, Edward M. Liddy- pretende mantener su negocio de seguros, tanto en EE.UU. como en el exterior, así como una participación en las operaciones se seguros de vida en el extranjero. Respecto al resto de los negocios, como son productos financieros y préstamos de valores, entre otros, la compañía "explora diferentes opciones de desinversión" y habían sido contactados por numerosos grupos. "Nuestro objetivo -afirmó Liddy-es salir de este proceso como una compañía más pequeñas, pero más ágil sólidamente rentable y con buenas perspectivas de crecimiento a largo plazo".
Pero no deben ser muy trasparentes estas operaciones que explora AIG, ya que uno de sus anteriores directivos, Hank Greenberg, que dirigió durante cerca de 40 años la compañía, quiere comprar los activos que el grupo tiene que vender para pagar el préstamo. Según parece, los nuevos dirigentes de la aseguradora no le quieren vender ninguna parte de la misma a Greenberg, por lo que éste ha escrito una carta a Liddy, que ha sido publicada por el Wall Street Journal en su página web, en la que dice que "el grupo comenzó a liquidarse vendiendo activos para transacciones negociadas sin transparencia y sin dar la posibilidad a diferentes compradores de participar", y que él pedía formalmente "la posibilidad de presentar una oferta para cualquier activo que el grupo quiera vender".
Cuando los anteriores dirigentes quieren comprar las partes en que se divida AIG, es para pensar que la aseguradora no está tan mal como se ha dicho.
Por cierto, que sobre la continuidad del negocio en España de AIG no hay ningún problema, como señaló la pasada semana el director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Ricardo Lozano, quien precisó que en nuestro país operan una sucursal de la filial francesa y otra de la americana, y que el organismo que preside está en contacto con ellas para salvaguardar los derechos de los asegurados. Según Lozano, la filial francesa hace aportaciones al sistema de compensación de seguros del país galo, por lo que el Consorcio de Compensación de Seguros no cubriría las pólizas de los asegurados en caso de no encontrar comprador, aunque sí lo haría para la filial estadounidense.
Fortis: réplica del terremoto AIG en Europa
Así las cosas, el terremoto que ha supuesto para el mundo asegurador la intervención de AIG tuvo su réplica, aunque de menor tamaño, a este lado del Atlántico en el grupo de banca y seguros Fortis, que también ha sido intervenido por Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Tras una semana de fuertes caídas en Bolsa en que la cotización de Fortis se hundió hasta su mínimo histórico, los gobiernos del Benelux acordaron inyectarle 11.200 millones de euros, a cambio del 49% del capital de las divisiones bancarias del grupo en los tres países, para aportar liquidez y restaurar la confianza de los inversores. Posteriormente, y considerando que esa medida era insuficiente, los gobiernos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo acordaron dividir el grupo.
El nuevo acuerdo para garantizar su solvencia supone que Fortis venderá el grueso del negocio en Holanda -seguros y banca, incluidos los activos de ABN Amro- al Estado holandés por 16.800 millones de euros, lo que supone la nacionalización total de Fortis en Holanda. De esta forme, Fortis queda ahora formado por Fortis seguros Bélgica, Fortis seguros Internacional y Fortis banca, de la que se desgajará la parte holandesa.
Hace poco más de un año que la Caixa compró a Fortis su participación en Caifor, aseguradora que habían creado ambas entidades financieras al 50%, y de la que habían sido socios desde 1992. La caja catalana integró la totalidad de las acciones de la aseguradora en su grupo Criteria, al que inmediatamente sacó a Bolsa. Desde entonces Caifor se ha planteado cambiar de nombre para perder el apellido que lo relaciona con Fortis. La situación actual ha acelerado esta intención y seguramente antes de que termine este mes Caifor tendrá un nuevo nombre.
Mensajes de confianza en España
En España, mientras tanto, la situación del seguro y de las aseguradoras parece que está muy tranquila y desde todas las esferas del sector se envían mensajes de confianza y serenidad. El primero de ellos ha venido de la mano del propio director general de Seguros, Ricardo Lozano, quien en un desayuno-coloquio patrocinado por CNP Vida señaló que el sector tiene fortalezas y patrimonio suficiente para afrontar la crisis, por lo que no tienen por qué producirse fusiones o quiebras, pero afirmó que si pasase algo, el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) tiene para cubrir las pólizas de los asegurados un colchón de 1.400 millones de euros. Cuantía, que en opinión de Lozano, debería ser suficiente para cubrir las eventuales situaciones patrimoniales en su caso.
Como una prueba de los bien cubierto que está el sector, el director general de Seguros señaló que estaba previsto reducir a la mitad la recaudación anual global que aportan las aseguradoras para nutrir dicho colchón del Consorcio y de los 80 millones actuales dejarlos en sólo 40 millones.
También la presidenta de la patronal del seguro Unespa, Pilar González de Frutos lanzó un mensaje de confianza y afirmó, tras la firma del convenio del sector, que el seguro español supera con amplitud los criterios exigidos en materia de solvencia y que puede garantizar los compromisos que mantiene con todos sus clientes. González de Frutos reconoció que la crisis tendrá impacto en las aseguradoras, aunque afirmó que el seguro tiene determinadas características anticíclicas que le permitirán superar lta situación con mayor facilidad que otros sectores.
González de Frutos recordó que, según los datos de la Dirección General de Seguros, la exposición de las aseguradoras españolas a Lehman Brothers representa menos del 1% de las provisiones matemáticas, cifra que refleja el compromiso de las aseguradoras con los clientes de seguros de vida. "Ya quisieran para sí muchos mercados consolidados presentar unos índices como esos", indicó la presidenta de Unespa, quien calificó de total tranquilidad la sensación en el sector.
Por cierto, que el convenio colectivo para el seguro español firmado por Unespa, Amat (que es la asociación de mutuas de accidentes del trabajo) y los sindicatos FES-UGT y Comfia-CC.OO. estará vigente hasta 2011 y garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores del sector, mediante incrementos iguales al IPC para cada uno de los años de vigencia, con cláusula de revisión salarial a tal efecto. El convenio, que afecta a los 70.000 trabajadores del sector, recoge un pago único, no consolidable, para el tercer año de vigencia del convenio, es decir, 2010, que consiste en una cantidad fija para cada grupo profesional que va de 115 hasta 215 euros.